Efectos tardíos del cáncer infantil

Aprobado por la Junta Editorial de Cancer.Net, 06/2019

Alrededor de 17 millones de sobrevivientes de cáncer viven en los Estados Unidos. Muchos de ellos son sobrevivientes de un cáncer en la niñez.

En los últimos 30 años, han mejorado los tratamientos y la atención médica de apoyo. Como resultado de ello, más del 80 % de los niños tratados por cáncer viven 5 años o más después del tratamiento. Sin embargo, están en riesgo de efectos secundarios a largo plazo, denominados “efectos tardíos” relacionados con sus tratamientos anteriores.

Se pueden desarrollar efectos tardíos durante el tratamiento que pueden continuar en la sobrevivencia. También pueden desarrollarse muchos años después de un diagnóstico de cáncer.

Es importante conocer lo siguiente:

  • Algunos efectos tardíos pueden estar relacionados con tipos particulares de cáncer y/o tratamientos

  • Se pueden recomendar pruebas de detección para ayudar a descubrir afecciones de manera temprana, cuando posiblemente sean más fácilmente tratables.

Hable con su equipo de atención médica acerca de cómo detectar, prevenir o manejar efectos tardíos. Esta es una parte importante de su atención después del tratamiento para el cáncer.

Causas de los efectos tardíos

Los tratamientos para el cáncer pueden provocar efectos tardíos. El riesgo que tiene un niño de desarrollar efectos tardíos depende de diversos factores, que incluyen los siguientes:

  • el tipo de cáncer y su ubicación en el cuerpo

  • el área del cuerpo tratada

  • el tipo y la dosis de tratamiento

  • la edad en la que recibe tratamiento contra el cáncer

  • los antecedentes genéticos y familiares

  • la salud general

  • otros problemas de salud existentes antes del diagnóstico del cáncer

Tipos de efectos tardíos del cáncer infantil

Estos son los posibles efectos tardíos del cáncer infantil:

Problemas emocionales. Los efectos emocionales a largo plazo pueden incluir ansiedad, depresión y temor a la reaparición de cáncer. Algunos sobrevivientes evitan la atención médica debido a emociones y recuerdos difíciles. Esto puede ser dañino para su salud en la adultez.

Cánceres secundarios. Algunos sobrevivientes tienen un mayor riesgo de un cáncer secundario. Es un tipo diferente de cáncer que aparece después del diagnóstico del cáncer original.

Los tipos de cáncer secundario frecuentes incluyen cáncer de piel, mama y tiroides. La radioterapia y algunos tipos de quimioterapia tienen los mayores vínculos con los tipos de cáncer secundario. Los fármacos vinculados a cánceres secundarios incluyen los siguientes:

  • Ciclofosfamida (Neosar)

  • Ifosfamida (Ifex)

  • Etopósido (Toposar, VePesid)

  • Daunorrubicina (Cerubidine)

  • Doxorrubicina (Adriamycin)

Obtenga más información sobre tipos de cáncer secundario (en inglés).

Problemas reproductivos y de desarrollo sexual. Tanto los niños como las niñas tienen un mayor riesgo de tener estos problemas después de determinados tratamientos contra el cáncer.

La infertilidad es un posible efecto secundario. En el caso de los hombres, la infertilidad significa que no puede engendrar hijos. En los niños, estos tratamientos pueden causar infertilidad:

  • Radioterapia en la parte inferior del abdomen, la pelvis o los testículos

  • Quimioterapia con fármacos denominados agentes alquilantes, que incluyen ciclofosfamida e ifosfamida

Estos tratamientos también pueden cambiar los niveles de una hormona masculina denominada testosterona. Esto puede afectar la pubertad y el funcionamiento sexual. Obtenga más información sobre inquietudes respecto de la fertilidad y el tratamiento contra el cáncer en los hombres.

En el caso de las mujeres, la infertilidad significa no poder concebir un hijo ni mantener un embarazo.

Estos tratamientos pueden causar infertilidad, periodos irregulares y menopausia temprana en las niñas:

  • Radioterapia en el abdomen, la pelvis o la columna lumbar

  • Quimioterapia con agentes alquilantes, como ciclofosfamida e ifosfamida

Estos tratamientos también pueden cambiar los niveles de la hormona femenina, estradiol. Esto puede afectar la pubertad y el funcionamiento sexual.

Obtenga más información sobre inquietudes respecto de la fertilidad y el tratamiento contra el cáncer en las mujeres.

Además, la radioterapia en el cerebro puede afectar la glándula pituitaria. Esta glándula regula los niveles hormonales femeninos y masculinos. Los cambios hormonales pueden afectar la fertilidad en los niños y las niñas.

Problemas de crecimiento, desarrollo y hormonales. Los tratamientos contra el cáncer pueden afectar las glándulas que producen hormonas. Estas glándulas son parte del sistema endocrino y controlan muchas funciones corporales, como el crecimiento, el metabolismo y la pubertad.

Los tipos de tratamiento que pueden causar efectos secundarios relacionados con el sistema endocrino son:

  • Radioterapia cerca del cerebro, los ojos o los oídos. Esto puede afectar la glándula pituitaria. Los niños que hayan recibido radioterapia en estas áreas antes de alcanzar su estatura adulta pueden tener problemas de crecimiento.

También pueden llegar a la pubertad antes o después de lo normal. Los niños que hayan recibido radioterapia en la glándula pituitaria también tienen mayores probabilidades de tener sobrepeso o ser obesos. Un médico que se especialice en tratar problemas hormonales puede evaluar estas afecciones y proporcionar tratamientos hormonales. Este tipo de médico se denomina endocrinólogo.

  • Radioterapia en músculos, huesos y tejidos blandos. Esto puede dar lugar a un crecimiento reducido o irregular de partes del cuerpo. Por ejemplo, ocasionar un desvío de la columna vertebral denominado escoliosis.

  • El tratamiento con fármacos esteroideos como prednisona, dexametasona o metotrexato (varias marcas comerciales están disponibles para los 3 fármacos). Estos fármacos tienen efectos directos en la formación ósea y pueden conducir a una baja densidad mineral ósea. Cuando es grave puede causar osteoporosis. Esta es una enfermedad que causa huesos débiles y aumenta el riesgo de fracturas de huesos. Sin embargo, la mayoría de los niños recuperan su densidad ósea después de suspender el tratamiento con estos medicamentos.

Los niños deben recibir revisiones médicas regulares para que su médico pueda asegurarse de que no tengan ningún problema de crecimiento en la pubertad.

Algunos niños pueden someterse a rayos X para medir la densidad mineral ósea. En función de los resultados, lo siguiente puede ayudar a mejorar la densidad ósea:

  • Suplementos nutricionales

  • Alimentos especiales

  • Ejercicio

Problemas de memoria y aprendizaje. Los siguientes tratamientos pueden aumentar el riesgo de problemas de memoria y aprendizaje:

  • Radioterapia en el cerebro

  • Las dosis altas de ciertos fármacos, como el metotrexato

Hay recursos disponibles para los sobrevivientes que luchan con estos problemas. Solicite a su equipo de atención médica derivaciones relevantes para lo siguiente:

  • Programas escolares

  • Servicios sociales estatales o del condado

  • Otros servicios educativos y profesionales

Estos tipos de programas pueden brindar a los sobrevivientes herramientas y técnicas para desempeñarse bien en la escuela y el trabajo.

Problemas cardíacos. Los fármacos denominados antraciclinas pueden causar problemas cardíacos tales como:

  • Ritmos cardíacos anormales

  • Debilidad del músculo cardíaco

  • Insuficiencia cardíaca

Las antraciclinas incluyen doxorrubicina (disponible como fármaco genérico), daunorrubicina (Cerubidine), idarrubicina (Idamycin), mitoxantrona (disponible como fármaco genérico).

Además, la radioterapia en ciertas partes del cuerpo puede aumentar el riesgo de efectos cardíacos tardíos. Esto incluye radioterapia en el pecho, la columna vertebral o la parte superior del abdomen.

Los posibles efectos cardíacos tardíos relacionados con la radioterapia incluyen los siguientes:

  • Válvulas cardíacas con pérdidas

  • Problemas con los vasos sanguíneos del corazón, como la enfermedad de las arterias coronarias

  • Debilidad del músculo cardíaco

  • Ritmos cardíacos anormales

Los sobrevivientes de cáncer infantil que recibieron antraciclinas deben recibir un seguimiento regular, específicamente en cuanto a la salud del corazón. Es posible que estas afecciones cardíacas no causen síntomas en forma anticipada.

Su médico puede pedirle que se realice un electrocardiograma (ECG o EKG), ecocardiograma (en inglés), o pruebas de diagnóstico por imágenes similares.

Problemas pulmonares y respiratorios.
Estos tipos de tratamiento pueden causar daño pulmonar:

  • Ciertos tipos de quimioterapia que incluyen bleomicina (Blenoxane), carmustina (BCNU), lomustina (CeeNU) o busulfán (Busulfex)

  • Radioterapia en el pecho

  • Cirugía en el pecho

  • Trasplante de médula ósea/células madre

Los niños que reciben tratamiento contra el cáncer a corta edad tienen un mayor riesgo de desarrollar problemas pulmonares y respiratorios.

Los sobrevivientes deben someterse a una prueba pulmonar denominada prueba de función pulmonar. Hable con su médico acerca de cualquier problema respiratorio y con qué frecuencia debe repetir esta prueba.

Problemas dentales. Estos tipos de tratamiento pueden causar problemas dentales:

  • Radioterapia en la boca, la cabeza o el cuello

  • Quimioterapia administrada a un niño cuyos dientes adultos no se han formado

La radioterapia puede causar boca seca, enfermedad gingival y caries. La quimioterapia puede causar problemas de desarrollo dental.

Los sobrevivientes del cáncer infantil deben visitar a su dentista cada 6 meses. Hable con el dentista de su hijo antes y después del tratamiento para que los ayuden a reducir posibles efectos tardíos.

Problemas del sistema digestivo. Estos tipos de tratamiento pueden causar problemas del sistema gastrointestinal:

  • Cirugía abdominal o pélvica

  • Radioterapia en el cuello, el pecho, el abdomen o la pelvis

Los sobrevivientes deben hablar con un médico si tienen dificultad para tragar o estos síntomas crónicos:

  • Acidez

  • Dolor estomacal

  • Estreñimiento

  • Diarrea

  • Náuseas y vómitos

Problemas auditivos. Estos tratamientos pueden causar problemas auditivos:

  • Radioterapia en la cabeza o el cerebro

  • Ciertos tipos de quimioterapia, como cisplatino (Platinol) o carboplatino (Paraplatin)

Los niños más pequeños tienen un mayor riesgo de sufrir estos problemas. Todos los sobrevivientes de cáncer infantil que reciban los tratamientos anteriores deben consultar a un audiólogo al menos una vez después del tratamiento. Un audiólogo es un especialista que diagnostica y trata problemas auditivos.

Los sobrevivientes con pérdida de la audición deben someterse a pruebas cada año o según sea necesario.

Problemas visuales y oculares.
Los esteroides, los trasplantes de médula ósea/trasplantes de células madre y altas dosis de radioterapia para los ojos, las órbitas de los ojos o el cerebro pueden causar estos problemas:

  • Cataratas u opacificación de los ojos

  • Ojos secos

  • Otros problemas que pueden afectar la visión

El tratamiento con yodo radioactivo para el cáncer tiroideo puede aumentar la producción de lágrimas.

Los sobrevivientes de cáncer infantil que han recibido uno de estos tratamientos deben consultar a un médico que trate las enfermedades oculares. Este tipo de médico se llama oftalmólogo.

Dónde encontrar atención de sobrevivencia

Las personas que han recibido tratamiento contra el cáncer infantil deben asistir a un centro de sobrevivencia. Estos se encuentran en muchos Centros Oncológicos Integrales del Instituto Nacional del Cáncer. También puede consultar en clínicas de atención de seguimiento, detalladas en el sitio web de la Sociedad Nacional del Cáncer en Niños.

Recursos relacionados

Control de los efectos tardíos del cáncer infantil

La vida después del cáncer (en inglés)

Cómo es ser sobreviviente de cáncer infantil (en inglés)

Más información

Grupo de Oncología Infantil: Pautas de seguimiento a largo plazo para sobrevivientes de cáncer en la niñez, la adolescencia y la adultez joven

Instituto Nacional del Cáncer (National Cancer Institute): Efectos tardíos del tratamiento contra el cáncer infantil