Cáncer de hígado: Tipos de tratamiento

Approved by the Cancer.Net Editorial Board, 01/2021

EN ESTA PÁGINA: obtendrá información sobre los diferentes tratamientos que los médicos usan en las personas con este tipo de cáncer de hígado. Use el menú para ver otras páginas.

Esta sección describe los tratamientos que son las normas de atención para el CHC. “Normas de atención” significa los mejores tratamientos conocidos. Al tomar decisiones relacionadas con el plan de tratamiento, se alienta a los pacientes que consideren la opción de participar en ensayos clínicos. Un ensayo clínico es un estudio de investigación que prueba un nuevo enfoque al tratamiento. Los médicos desean saber si el nuevo tratamiento es seguro, eficaz y posiblemente mejor que el tratamiento estándar. Los ensayos clínicos pueden probar un nuevo fármaco, una nueva combinación de tratamientos estándares o nuevas dosis de fármacos estándares u otros tratamientos. Su médico puede ayudarlo a considerar todas sus opciones de tratamiento. Para obtener más información sobre los ensayos clínicos, vea las secciones Acerca de los ensayos clínicos y Últimas investigaciones.

Descripción general del tratamiento

En la atención del cáncer, a menudo trabajan juntos distintos tipos de médicos para crear un plan de tratamiento integral de los pacientes que combine distintos tipos de tratamientos. Esto se denomina equipo multidisciplinario (en inglés) Los equipos de atención del cáncer incluyen una variedad de otros profesionales de la atención médica, por ejemplo, auxiliares médicos, enfermeros calificados para ejercer la medicina, enfermeros de oncología, trabajadores sociales, farmacéuticos, asesores, dietistas y otros.

Las opciones y recomendaciones de tratamiento dependen de varios factores:

  • qué porcentaje del hígado está afectando el cáncer;

  • si el cáncer se ha diseminado;

  • las preferencias del paciente y su estado de salud general;

  • el daño en el área restante del hígado sin cáncer.

Cuando un tumor se detecta en un estadio temprano y el hígado del paciente funciona bien, el objetivo del tratamiento es tratar de eliminar el cáncer. El plan de atención también puede incluir tratamiento para síntomas y efectos secundarios, una parte importante de la atención del cáncer. Cuando el cáncer de hígado se detecta en un estadio más avanzado o el hígado del paciente no funciona correctamente, el paciente y el médico deben hablar sobre los objetivos de cada recomendación de tratamiento. En este punto, los objetivos del tratamiento pueden concentrarse en retardar el crecimiento del cáncer y aliviar los síntomas, a fin de mejorar la calidad de vida.

Tómese el tiempo para conocer sus opciones de tratamiento y asegúrese de hacer preguntas si tiene dudas sobre cosas que no están claras. Hable con su médico acerca de los objetivos de cada tratamiento y lo que puede esperar mientras recibe el tratamiento. Estos tipos de conversaciones se denominan “toma de decisiones compartida”. toma de decisiones compartida es cuando usted y sus médicos trabajan juntos para elegir tratamientos que se ajusten a los objetivos de su atención. La toma de decisiones compartida es especialmente importante en los casos de cáncer de hígado, ya que existen diferentes opciones de tratamiento. Obtenga más información sobre la toma de decisiones sobre el tratamiento.

Las diversas opciones de tratamiento dirigido al cáncer de hígado pueden agruparse según si pueden curar el cáncer o si mejorarán la supervivencia del paciente, pero lo más probable es que no eliminen el cáncer. A continuación, se describen las opciones de tratamiento más frecuentes, tanto de las opciones de tratamientos dirigidos a la enfermedad, como aquellas que tienen como objetivo el manejo de los efectos secundarios y síntomas. Tenga en cuenta que esta información se basa en las normas de atención para el cáncer de hígado en los Estados Unidos. Las opciones de tratamiento pueden variar de un lugar a otro.

Tratamientos dirigidos a la enfermedad para eliminar y potencialmente curar el CHC

Por lo general, estos tratamientos se recomiendan cuando el tumor se ha detectado en un estadio temprano. Puede que no se los recomiende para tratar pacientes en los estadios más avanzados de la enfermedad. Estos tratamientos son cirugía, ablación mediante radiofrecuencia, inyección percutánea de etanol y radioterapia.

Cirugía

La cirugía es la extirpación del tumor y de parte del tejido sano circundante durante una operación. Es probable que este sea el tratamiento dirigido a la enfermedad más satisfactorio, particularmente para pacientes con buena función hepática y tumores que se pueden extraer de manera segura de una porción limitada del hígado. Quizás la cirugía no sea una opción si el tumor abarca demasiado el hígado, si el hígado está demasiado dañado, si el tumor se ha diseminado fuera del hígado o si el paciente tiene otras enfermedades graves.

Un oncólogo cirujano es un médico especializado en el tratamiento para el cáncer mediante cirugía. Un cirujano hepatobiliar también cuenta con capacitación especializada en cirugía del hígado y el páncreas. Algunas veces, cirujanos especialistas en trasplantes de hígado intervienen en estas operaciones. Antes de la cirugía, hable con el equipo de atención médica sobre los posibles efectos secundarios de la cirugía específica a la que se someterá. Obtenga más información sobre los conceptos básicos de la cirugía de cáncer.

Se utilizan dos tipos de cirugía para tratar el CHC:

  • Hepatectomía. Cuando se extirpa una porción del hígado, la cirugía se denomina hepatectomía. La hepatectomía se puede realizar únicamente si el cáncer se encuentra en 1 parte del hígado y si el hígado funciona bien. La sección restante del hígado asume las funciones de todo el hígado. El hígado puede crecer nuevamente a su tamaño normal al cabo de unas semanas. Es posible que no se pueda realizar una hepatectomía si el paciente tiene cirrosis avanzada, incluso aunque el tumor sea pequeño.

    Los efectos secundarios de la hepatectomía pueden incluir dolor, debilidad, fatiga e insuficiencia hepática temporal. El equipo de atención médica observará si aparecen signos de sangrado, infección, insuficiencia hepática u otros problemas que requieran tratamiento inmediato.

  • Trasplante de hígado. En ocasiones, se puede realizar un trasplante de hígado. Este procedimiento es posible solo cuando se cumplen criterios específicos, incluyendo tener un cierto tamaño y número de tumor y si se encuentra a un donante adecuado. Estos criterios suelen ser tener un solo tumor de 5 cm o menos o tener 3 tumores o menos, todos los cuales miden menos de 3 cm. Es importante destacar que la cantidad de hígados disponibles provenientes de donantes es muy limitada, por lo que el trasplante no siempre es una opción.

    Después de un trasplante, se observará al paciente cuidadosamente para detectar signos de que el cuerpo podría estar rechazando el nuevo hígado o de que el tumor haya vuelto a aparecer. El paciente debe utilizar medicamentos a fin de evitar el rechazo. Estos fármacos pueden provocar efectos secundarios como hinchazón de la cara, presión arterial alta o aumento del vello corporal. El trasplante de hígado tiene riesgos significativos de complicaciones graves, que incluyen la muerte por infección o rechazo del hígado del donante, y la posibilidad de un mayor riesgo de otros cánceres no relacionados.

    El trasplante de hígado es un tratamiento particularmente eficaz para las personas con un tumor pequeño, ya que este procedimiento permite extirpar el tumor y el hígado dañado. Sin embargo, son pocos los donantes, y es posible que las personas a la espera de un trasplante de hígado deban aguardar mucho tiempo antes de que haya un hígado a su disposición. Durante este período de tiempo, la enfermedad puede empeorar. El centro de trasplante le indicará el tiempo de espera aproximado y las reglas que se aplican para determinar la prioridad de las personas en lista de espera.

Ablación mediante radiofrecuencia

La ablación mediante radiofrecuencia y la terapia con microondas utilizan calor para destruir las células cancerosas. Se pueden administrar a través de la piel, por laparoscopia o durante una cirugía mientras el paciente está bajo sedantes. La sedación consiste en administrar medicamentos que provoquen sensación de relajación, tranquilidad o somnolencia. Este tratamiento también se denomina ablación térmica.

Inyección percutánea de etanol

La inyección percutánea de etanol es cuando se inyecta alcohol directamente en el tumor hepático para destruirlo. Los efectos secundarios incluyen fiebre y dolor después del procedimiento. En general el proceso es simple, seguro y particularmente efectivo para un tumor que mide menos de 3 cm. Sin embargo, si el alcohol sale del hígado, una persona podría tener un dolor breve pero intenso. Esta opción se usa con muy poca frecuencia y se ha reemplazado en gran medida por la ablación mediante radiofrecuencia (consulte más arriba).

Radioterapia

La radioterapia es el uso de rayos X u otras partículas con alta potencia para destruir las células cancerosas. Un régimen o programa de radioterapia, normalmente consiste en una cantidad específica de tratamientos que se administran durante un período determinado. El médico que se especializa en administrar radioterapia para tratar el cáncer se denomina radioncólogo.

  • Radioterapia estereotáctica. La radioterapia estereotáctica es un término que describe varios métodos de administración de dosis altas de radiación en un tumor mientras se limita la cantidad de exposición a la radiación de los tejidos sanos. Esto es importante ya que el tejido hepático sano puede dañarse con la radiación. La radioterapia estereotáctica trata efectivamente los tumores que miden unos 5 cm o menos. Sin embargo, aún se la considera un método que se encuentra en fase de investigación, en comparación con la ablación mediante radiofrecuencia (consulte más arriba), ya que existe poca información disponible sobre su efectividad a largo plazo.

Los efectos secundarios pueden incluir daño al estómago y a los pulmones. Sin embargo, esos efectos secundarios a menudo se pueden prevenir. Hable con su equipo de atención médica sobre cómo evitar y controlar los posibles efectos secundarios. Obtenga más información sobre los conceptos básicos de la radioterapia.

Los tratamientos dirigidos a la enfermedad ayudan a los pacientes a vivir más tiempo

Si el médico considera que el cáncer no se puede curar con los tratamientos mencionados anteriormente, es posible que recomiende 1 de las siguientes opciones para reducir el tumor y/o retardar el crecimiento del tumor. Si bien es más probable que estos tratamientos no eliminen el cáncer, se ha demostrado que aumentan el tiempo que el paciente podrá vivir.

Quimioembolización y radioembolización para enfermedad limitada al hígado

La quimioembolización es un tipo de tratamiento de quimioterapia que es similar a la infusión arterial hepática (consulte más abajo). La quimioterapia es el uso de fármacos para destruir las células cancerosas, generalmente al poner fin a su capacidad para crecer y dividirse. Durante este procedimiento, se inyectan los fármacos en la arteria hepática y se bloquea el flujo de sangre de la arteria durante un período breve, de modo que la quimioterapia permanezca más tiempo en el tumor. El bloqueo de la irrigación sanguínea al tumor también destruye las células cancerosas.

Además de su uso como tratamiento primario para el CHC, la quimioembolización se puede utilizar para ralentizar el crecimiento del tumor en las personas en lista de espera para un trasplante de hígado.

La radioembolización es similar a la quimioembolización, salvo que, durante la radioembolización, un médico coloca cuentas radiactivas dentro de la arteria que irriga sangre al tumor. Las cuentas liberan radiación directamente dentro del tumor cuando quedan atrapadas en los vasos sanguíneos pequeños del tumor.

La terapia sistémica para el CHC avanzado

La terapia sistémica es el uso de medicamentos para ralentizar el crecimiento de o destruir las células cancerosas. Los medicamentos circulan por el cuerpo y, por lo tanto, pueden llegar a las células cancerosas de todo el cuerpo. Generalmente, el profesional que receta las terapias sistémicas es un oncólogo clínico, un médico que se especializa en el tratamiento del cáncer con medicamentos. Algunos de los métodos frecuentes para administrar terapias sistémicas incluyen un tubo intravenoso (i.v.) que se coloca en una vena con una aguja, o un comprimido o una cápsula que se traga (por vía oral).

Los tipos de terapias sistémicas que se usan para el CHC avanzado incluyen los siguientes:

  • Terapia dirigida

  • Inmunoterapia

El tratamiento de primera línea es el tratamiento inicial que se administra. Las opciones de terapia de primera línea para el CHC avanzado incluyen:

  • Se puede ofrecer una combinación de bevacizumab (Avastin, consulte "Terapia dirigida" más abajo), con atezolizumab (Tecentriq, consulte "Inmunoterapia" más abajo) a algunos pacientes con el CHC avanzado.

  • Se puede ofrecer la terapia dirigida con sorafenib (Nexavar) o levatinib (Lenvima) a las personas que no pueden recibir atezolizumab con bevacizumab. Vea más en "Terapias dirigidas" a continuación.

Se administra un tratamiento de segunda línea si el tratamiento de primera línea no funciona. Las opciones de terapia de segunda línea para el CHC avanzado incluyen:

  • Sorafenib

  • Lenvatinib

  • Cabozantinib (Cabometyx; una terapia dirigida)

  • Regorafenib (Stivarga; una terapia dirigida)

  • Ramucirumab (Cyramza; una terapia dirigida)

  • La combinación de atezolizumab y bevacizumab

  • Pembrolizumab (Keytruda) o nivolumab (Opdivo), que son tipos de un medicamento llamado inhibidor de puntos de control inmunitario (consulte “Inmunoterapia” más abajo)

Esta información se basa en las recomendaciones de la American Society of Clinical Oncology, "Terapia sistémica para el carcinoma hepatocelular avanzado". Tenga en cuenta que este enlace lo llevará a otro sitio web en inglés de la American Society of Clinical Oncology.

Las terapias dirigidas y las inmunoterapias se analizan a continuación con más detalle. Una persona puede recibir un tipo de terapia sistémica por vez o una combinación de terapias sistémicas al mismo tiempo. También se pueden administrar como parte de un plan de tratamiento que puede incluir cirugía o radioterapia. Los medicamentos utilizados para tratar el cáncer se evalúan constantemente. El médico puede sugerirle ensayos clínicos que estén estudiando métodos nuevos para tratar el CHC.

Con frecuencia, hablar con su médico es la mejor forma de obtener información sobre los medicamentos que le recetaron, su finalidad y sus posibles efectos secundarios. También es importante para informarle a su médico si está tomando algún medicamento o suplemento recetado o de venta libre. Las hierbas, los suplementos y otros fármacos pueden interactuar con los medicamentos del cáncer. Obtenga más información sobre sus medicamentos recetados usando las bases de datos de fármacos en las que se pueden realizar búsquedas (en inglés).

Terapia dirigida

La terapia dirigida es un tratamiento con fármacos que apunta a los genes o a las proteínas específicos del cáncer, o a las condiciones del tejido que contribuyen al crecimiento y a la supervivencia del cáncer. Este tipo de tratamiento bloquea el crecimiento y la diseminación de las células cancerosas y, a la vez, limita el daño a las células sanas.

Para el CHC, los fármacos antiangiogénicos son el tipo de terapia dirigida más frecuentes. La terapia antiangiogénica (en inglés) se centra en detener la angiogénesis, que es el proceso de formación de vasos sanguíneos nuevos. Dado que un tumor necesita los nutrientes transportados por los vasos sanguíneos para crecer y diseminarse, el objetivo de las terapias antiangiogénicas es "matar de hambre" al tumor. Algunas terapias antiangiogénicas son para las personas con CHC no resecable. No resecable significa que la cirugía no es una opción.

Las terapias antiangiogénicas incluyen:

  • Bevacizumab con atezolizumab. En 2020, la Food and Drug Administration (FDA, Administración de Alimentos y Medicamentos) de los EE. UU. aprobó la combinación de la terapia dirigida antiangiogénica, bevacizumab, con atezolizumab, un fármaco de inmunoterapia (véase “Inmunoterapia” más adelante), para personas con carcinoma hepatocelular (CHC) no resecable o metastásico que no han recibido tratamiento previo contra el cáncer con medicamentos. Los efectos secundarios del bevacizumab incluyen presión arterial alta, dolor de espalda, dolores de cabeza y cambios en el sentido del gusto. A diferencia de muchos tratamientos antiangiogénicos, que se toman en forma de comprimidos, el bevacizumab se administra por vía intravenosa.

  • Lenvatinib. En 2018, la FDA aprobó otra terapia dirigida antiangiogénica, denominada lenvatinib. Este fármaco está aprobado como un primer tratamiento para el CHC que no puede extirparse mediante cirugía. Los efectos secundarios más frecuentes de este fármaco incluyen presión arterial alta, fatiga, diarrea, pérdida de apetito, dolor articular y muscular, pérdida de peso, dolor abdominal, erupción, enrojecimiento, picazón o descamación de la piel de las manos y en los pies, ronquera, sangrado, cambios en los niveles de la hormona tiroidea y náuseas.

  • Sorafenib. El sorafenib se usa para tratar el CHC avanzado que no puede extirparse por completo mediante cirugía. Se toma en forma de comprimido que se debe tragar (por vía oral). Los efectos secundarios más frecuentes del sorafenib incluyen diarrea, fatiga y determinados problemas de la piel, así como otros no tan frecuentes.

  • Ramucirumab. El ramucirumab es otro tratamiento antiangiogénico aprobado para el tratamiento del CHC que tiene niveles altos del marcador tumoral AFP para pacientes que ya han recibido sorafenib. Los efectos secundarios más frecuentes del ramucirumab incluyen fatiga, dolor abdominal y náuseas.

  • Cabozantinib. En 2019, la FDA aprobó el uso de cabozantinib para tratar el CHC en personas que han recibido sorafenib previamente. Los efectos secundarios del cabozantinib incluyen diarrea, fatiga, disminución del apetito y náuseas.

  • Regorafenib. En 2017, la FDA aprobó el uso de otra terapia dirigida, el regorafenib, para tratar a personas con CHC que habían sido tratadas previamente con sorafenib. El regorafenib también inhibe la angiogénesis, y ya se lo utiliza para tratar el cáncer colorrectal y tumores estromales gastrointestinales. Se toma en forma de comprimido que se debe tragar (por vía oral). Los efectos secundarios incluyen diarrea y problemas de la piel.

Hable con su médico acerca de los posibles efectos secundarios de un medicamento específico y cómo se pueden manejar.

Estudios recientes demuestran que no todos los tumores tienen los mismos objetivos. Para determinar cuál es el tratamiento más eficaz, el médico puede realizar pruebas para identificar los genes, las proteínas y otros factores involucrados en el tumor. Esto ayuda a que los médicos puedan encontrar el tratamiento más eficaz que mejor se adapte a cada paciente, siempre que sea posible. Además, se están realizando muchos estudios de investigación para obtener más información sobre objetivos moleculares específicos y tratamientos nuevos dirigidos a ellos. Obtenga más información sobre los conceptos básicos de los tratamientos dirigidos.

Inmunoterapia

La inmunoterapia, también llamada terapia biológica, está diseñada para estimular las defensas naturales del cuerpo a fin de combatir el cáncer. Utiliza materiales producidos por el cuerpo o fabricados en un laboratorio para mejorar, dirigir o restaurar la función del sistema inmunitario. Un tipo frecuente de inmunoterapia se denomina inhibidor del punto de control inmunitario. Los inhibidores del punto de control inmunitario actúan bloqueando las vías que, de otro modo, permitirían al cáncer esconderse del sistema inmunitario.

Las inmunoterapias incluyen:

  • Nivolumab. En 2017, la FDA aprobó una inmunoterapia denominada nivolumab para el tratamiento del CHC. El nivolumab se puede usar para tratar a personas que ya han recibido tratamiento con sorafenib, que es un tipo de terapia dirigida.

  • Pembrolizumab. En 2018, la FDA aprobó la inmunoterapia denominada pembrolizumab para el tratamiento de personas con CHC. Al igual que el nivolumab, el pembrolizumab se puede usar para tratar a personas que ya han sido tratadas con sorafenib. El pembrolizumab es un inhibidor del punto de control inmunitario.

  • Nivolumab con ipilimumab (Yervoy). En 2020, la FDA aprobó el uso de la combinación de nivolumab con otro fármaco de inmunoterapia llamado ipilimumab (Yervoy) para tratar a pacientes con CHC que ya han recibido tratamiento con sorafenib. Tanto el nivolumab como el ipilimumab son un tipo de inmunoterapia llamada inhibidores del punto de control inmunitario, lo que significa que actúan bloqueando las vías que, de otro modo, permitirían al cáncer esconderse del sistema inmunitario. Tanto el nivolumab como el ipilimumab son inhibidores del punto de control inmunitario.

  • Atezolizumab con bevacizumab. En 2020, la FDA aprobó la combinación del atezolizumab, un fármaco de inmunoterapia, con bevacizumab, un fármaco de terapia dirigida, para personas con CHC no resecable o metastásico que no han recibido tratamiento previo contra el cáncer con medicamentos. El atezolizumab es un inhibidor del punto de control inmunitario y el bevacizumab es una terapia antiangiogénica (véase “Terapia dirigida” más arriba).

Otras inmunoterapias aún se están estudiando en ensayos clínicos. Los diferentes tipos de inmunoterapias pueden causar diferentes efectos secundarios. Los efectos secundarios frecuentes incluyen reacciones cutáneas, síntomas similares a la gripe, diarrea y cambios de peso. Hable con el equipo de atención médica sobre los posibles efectos secundarios de la inmunoterapia recomendada para usted. Obtenga más información sobre los conceptos básicos de la inmunoterapia.

Ensayos clínicos

Además de las opciones de tratamiento antes descritas, el médico puede sugerir la participación en un ensayo clínico que evalúe un nuevo enfoque de tratamiento para el CHC. Esto es de especial importancia para una enfermedad como el CHC, donde las opciones de tratamiento de la enfermedad avanzada son muy limitadas y existe una investigación en curso para encontrar más opciones de tratamiento. Obtenga más información sobre las Últimas investigaciones y áreas de investigación actuales del CHC.

Efectos físicos, emocionales y sociales del cáncer

El cáncer y su tratamiento producen síntomas y efectos secundarios físicos, así como efectos emocionales, sociales y económicos. El manejo de estos efectos se denomina cuidados paliativos o atención médica de apoyo. Es una parte importante de su atención que se incluye junto con los tratamientos que tienen como fin retrasar, detener o eliminar el cáncer.

Los cuidados paliativos se centran en mejorar cómo se siente durante el tratamiento al manejar los síntomas y brindar apoyo a los pacientes y sus familias con otras necesidades no médicas. Cualquier persona, independientemente de la edad o del tipo y estadio de cáncer, puede recibir este tipo de atención. Y en general, funciona mejor cuando se inicia poco después del diagnóstico de cáncer. Las personas que reciben cuidados paliativos junto con el tratamiento para el cáncer con frecuencia tienen síntomas menos graves y mejor calidad de vida, e informan que están más satisfechas con el tratamiento.

Los tratamientos paliativos varían ampliamente y, con frecuencia, incluyen medicamentos, cambios nutricionales, técnicas de relajación, apoyo emocional y espiritual, y otras terapias. Usted también puede recibir tratamientos paliativos similares a los utilizados para eliminar el cáncer, como quimioterapia, cirugía o radioterapia.

Antes de comenzar con el tratamiento, hable con su médico sobre los objetivos de cada tratamiento en el plan de tratamiento. También debe hablar sobre los efectos secundarios posibles del plan de tratamiento específico y las opciones de cuidados paliativos.

Durante el tratamiento, su equipo de atención médica puede pedirle que responda preguntas sobre sus síntomas y efectos secundarios, y que describa cada problema. Asegúrese de informar al equipo de atención médica si experimenta algún problema. Esto ayuda a que el equipo de atención médica pueda tratar cualquier síntoma y efecto secundario lo más rápido posible. También puede ayudar a prevenir problemas más graves en el futuro.

Obtenga más información sobre la importancia de llevar un registro de los efectos secundarios en otra parte de esta guía. Obtenga más información sobre los cuidados paliativos en una sección diferente de este sitio web.

CHC metastásico

Si el CHC se ha diseminado a otros lugares del cuerpo, se denomina cáncer metastásico. Se aconseja a las personas con este diagnóstico que hablen con médicos experimentados en el tratamiento de este estadio del cáncer, dado que puede haber diferentes opiniones respecto del mejor plan de tratamiento. Obtenga más información sobre la búsqueda de una segunda opinión antes de comenzar el tratamiento, a fin de sentirse cómodo con el plan de tratamiento elegido. Este análisis puede incluir ensayos clínicos que estudian tratamientos nuevos.

Su plan de tratamiento puede incluir una combinación de quimioterapia, terapia dirigida, radioterapia y/u otras opciones. En este estadio, el objetivo del tratamiento es habitualmente ralentizar el crecimiento del cáncer. Los cuidados paliativos también serán importantes para ayudar a aliviar los síntomas y los efectos secundarios.

Para la mayoría de las personas, un diagnóstico de cáncer metastásico es muy estresante y difícil. Se alienta a usted y su familia a hablar acerca de cómo se está sintiendo con los médicos, el personal de enfermería, los trabajadores sociales u otros integrantes del equipo de atención médica. También puede ser útil hablar con otros pacientes, incluido a través de un grupo de apoyo.

Remisión y la probabilidad de recurrencia

Una remisión se produce cuando el cáncer no puede detectarse en el cuerpo y no hay síntomas. Esto también puede denominarse "sin evidencia de enfermedad".

Una remisión puede ser temporal o permanente. Esta incertidumbre hace que a muchas personas les preocupe que el cáncer regrese. Aunque muchas remisiones son permanentes, es importante hablar con su médico sobre la posibilidad de que el cáncer regrese. Comprender el riesgo de recurrencia y las opciones de tratamiento puede ayudar a que usted se sienta más preparado si, en efecto, el cáncer regresa. Obtenga más información sobre cómo sobrellevar el temor a la recurrencia.

Si el cáncer regresa después del tratamiento original, recibe el nombre de cáncer recurrente. Puede reaparecer en el mismo lugar (lo cual se denomina recurrencia local), en las cercanías (recurrencia regional) o en otro lugar (recurrencia a distancia).

Cuando esto sucede, comenzará otra vez un nuevo ciclo de pruebas para obtener la mayor cantidad de información posible sobre la recurrencia. Después de realizadas estas pruebas, usted y su médico hablarán sobre sus opciones de tratamiento. A menudo, el plan de tratamiento incluirá los tratamientos descritos anteriormente, como cirugía y radioterapia, pero quizás se combinen de un modo diferente o se administren con una frecuencia diferente. Su médico puede sugerir ensayos clínicos que estén estudiando métodos nuevos para tratar este tipo de cáncer recurrente. Sea cual fuere el plan de tratamiento que usted elija, los cuidados paliativos serán importantes para aliviar los síntomas y los efectos secundarios.

Con frecuencia, las personas con cáncer recurrente experimentan emociones tales como incredulidad o temor. Se alienta a los pacientes que hablen con el equipo de atención médica respecto de estos sentimientos y que consulten sobre servicios de apoyo que los ayuden a sobrellevar la situación. Obtenga más información sobre cómo afrontar la recurrencia del cáncer.

Si el tratamiento no funciona

Recuperarse del cáncer no siempre es posible. Si el cáncer no se puede curar o controlar, a la enfermedad se la puede denominar avanzada o terminal.

Este diagnóstico es estresante y, para muchas personas, hablar sobre el cáncer avanzado resulta difícil. Sin embargo, es importante que mantenga conversaciones abiertas y sinceras con su médico y el equipo de atención médica a fin de expresar sus sentimientos, preferencias e inquietudes. La función del equipo de atención médica es ayudar, y muchos de sus integrantes tienen habilidades especiales, experiencia y conocimientos para brindar apoyo a los pacientes y a sus familias. Asegurarse de que una persona esté físicamente cómoda y que no sienta dolor es extremadamente importante.

Es posible que los pacientes con cáncer avanzado y con una expectativa de vida inferior a los 6 meses quieran considerar un tipo de cuidados paliativos denominado cuidados para enfermos terminales. Los cuidados para enfermos terminales están pensados para proporcionar la mejor calidad de vida posible para las personas que están cerca de la etapa final de la vida. Es recomendable que usted y su familia hablen con el equipo de atención médica respecto de las opciones de cuidados para enfermos terminales, que incluyen cuidados domiciliarios para enfermos terminales u otros lugares de atención médica. El cuidado de enfermería y los equipos especiales pueden hacer que permanecer en el hogar sea una opción factible para muchas familias. Obtenga más información sobre la planificación de la atención del cáncer avanzado.

Después de la muerte de un ser querido, muchas personas necesitan apoyo para ayudarlas a sobrellevar la pérdida. Obtenga más información sobre sufrimiento y pérdida.

La siguiente sección de esta guía es Acerca de los ensayos clínicos. Ofrece más información sobre los estudios de investigación que se centran en buscar mejores maneras de atender a las personas con cáncer. Puede usar el menú para elegir una sección diferente para leer en esta guía.