Deshidratación

Aprobado por la Junta Editorial de Cancer.Net, 01/2020

La deshidratación ocurre cuando una persona no toma suficiente líquido o pierde demasiado líquido. Sus células y órganos dependen del agua. Sin ella, el cuerpo humano no puede funcionar correctamente. El agua presente en el cuerpo cumple muchas funciones:

  • Transporta nutrientes y oxígeno.

  • Controla la frecuencia cardíaca y la presión arterial.

  • Regula la temperatura corporal.

  • Lubrica las articulaciones.

  • Protege los órganos y los tejidos, incluidos los ojos, los oídos y el corazón.

  • Crea saliva.

  • Elimina desechos y toxinas.

Si usted está recibiendo tratamiento para el cáncer puede tener un mayor riesgo de deshidratación debido a los efectos secundarios, como diarrea y vómitos.

¿Cuáles son los signos y síntomas de deshidratación?

Mientras más tiempo pase sin tomar suficiente líquido, más se deshidratará. La sed es una manera en que el cuerpo le advierte que debe beber más líquidos. Sin embargo, a veces puede estar deshidratado sin sentir sed. Otros posibles síntomas de deshidratación incluyen los siguientes:

  • Boca seca o pegajosa o lengua hinchada

  • Fatiga o debilidad

  • Irritabilidad

  • Mareos o vahídos

  • Náuseas y vómitos

  • Dolores de cabeza

  • Estreñimiento

  • Sequedad de la piel

  • Pérdida de peso

  • Orina de color amarillo oscuro o disminución de la micción

La deshidratación grave puede representar un riesgo para la vida y necesita tratamiento médico inmediato. Puede ocasionar los siguientes síntomas:

  • Sed extrema

  • Presión arterial baja

  • Fiebre

  • Latidos cardíacos rápidos

  • Falta de micción por más de 8 horas

  • Ojos hundidos

  • Incapacidad para sudar

  • Incapacidad para producir lágrimas

  • Desorientación o confusión

Hable con su equipo de atención médica si experimenta síntomas nuevos o un cambio en los síntomas.

¿Cuáles son las causas de la deshidratación?

Las personas pierden agua todos los días a través de las funciones corporales naturales. Estas incluyen respirar, sudar e ir al baño. La mayoría de las personas reemplaza ese líquido con facilidad a través del consumo de bebidas y alimentos. Sin embargo, ciertas afecciones influyen sobre la capacidad del cuerpo para mantenerse hidratado. Estos incluyen:

  • Diarrea, náuseas y vómitos. El tratamiento del cáncer, incluidos determinados tipos de quimioterapia, radioterapia y cirugía, puede provocar estos efectos secundarios.

  • Fiebre. La fiebre alta puede provocar deshidratación. Las personas que reciben tratamiento para el cáncer pueden presentar riesgo de desarrollar infecciones que pueden causar fiebre.

  • Edad. Los bebés, los niños y los adultos mayores tienen un mayor riesgo de deshidratación. Los niños pequeños eliminan agua y electrolitos del organismo con frecuencia. Los electrolitos son minerales que ayudan a regular el cuerpo. A medida que una persona envejece, el cuerpo lentamente pierde su capacidad para conservar el agua. Los adultos mayores también son menos propensos a sentir que tienen sed. Es posible que no coman o beban en cantidad suficiente, especialmente si viven solos.

  • Enfermedades crónicas. Muchas enfermedades, como la diabetes, la fibrosis quística y la nefropatía, aumentan el riesgo de deshidratación y la necesidad de consumir líquidos. Por ejemplo, las personas con diabetes no controlada orinan con frecuencia. Algunos medicamentos también pueden hacer que una persona orine o sude más de lo normal.

  • Ambiente. Vivir, trabajar y practicar ejercicios en un ambiente caluroso o húmedo aumenta la necesidad de consumir líquidos. Las personas que viven a gran altitud, de 8,000 pies (2,400 metros) a 12,000 pies (3,700 metros) sobre el nivel del mar, también necesitan más líquidos. Esto se debe a que sus cuerpos pierden agua al hacer un esfuerzo por absorber más oxígeno.

  • Ejercicio. Todos perdemos agua a través del sudor. El ejercicio puede hacerlo sudar más. Incluso si no observa sudor, es probable que esté sudando. Cuanto más ejercicio haga, más líquido necesitará reemplazar.

¿Cómo se diagnostica la deshidratación?

El médico puede diagnosticar la deshidratación con diversos métodos:

  • Medir los signos vitales, como la presión arterial y el pulso.

  • Realizar un análisis de sangre para examinar factores como los electrolitos o la función renal.

  • Realizar un análisis de orina para controlar el nivel de deshidratación o para averiguar la posible causa de la deshidratación.

¿Cómo se trata la deshidratación?

El alivio de los efectos secundarios, también denominado cuidados paliativos o atención de apoyo, es un aspecto importante de la atención y el tratamiento del cáncer. El tratamiento para la deshidratación depende de su gravedad. Para la deshidratación leve, podría intentar lo siguiente:

  • Si puede beber, tome pequeñas cantidades de líquidos con frecuencia en lugar de una gran cantidad de una sola vez. Beber mucho de una sola vez puede provocar vómitos.

  • Tenga una botella de agua en todo momento y beba durante todo el día.

  • Beba un gran vaso de agua antes de acostarse y al levantarse todas las mañanas.

  • Chupe trozos de hielo o paletas heladas si tiene dificultades para beber o comer.

  • Aplique crema humectante en los labios agrietados y medicamento en las llagas de la boca. De este modo, comer y beber puede ser menos doloroso.

  • Si tiene diarrea, elija bebidas con sodio y potasio para ayudar a reemplazar estos minerales perdidos.

  • Si se siente cansado, mantenga hielo y bebidas a su alcance para que no tenga que levantarse con más frecuencia de lo necesario.

El médico puede recomendarle que beba una solución rehidratante oral si no tiene vómitos ni diarrea. En este caso, usted podría estar moderadamente deshidratado.

Su médico puede recetar líquidos que se administren directamente a través de una vena, también denominados líquidos intravenosos (IV). En este caso, usted podría estar gravemente deshidratado.

¿Cómo puede prevenirse la deshidratación?

Los siguientes consejos pueden ayudar a mantener el equilibrio de los líquidos corporales bajo control:

Tome mucho líquido. La cantidad de líquido necesaria todos los días para mantenerse hidratado depende de su salud, tratamiento y estilo de vida. Pregúntele al médico qué cantidad de agua debe beber. Si no le gusta el agua sola, pruebe beber agua saborizada o agregarle una rodaja de limón. Otros líquidos también pueden ayudar, por ejemplo, la leche, el jugo con bajo contenido de azúcar y el té sin cafeína.

Recuerde evitar los alimentos y bebidas que puedan contribuir a la deshidratación. Evite el alcohol. Elija bebidas con niveles bajos de azúcar y poca o ninguna cafeína. A menudo, el agua es una mejor opción que el jugo de frutas, las gaseosas o el café.

Coma alimentos con alto contenido de agua. Beber agua es la mejor forma de hidratarse. Sin embargo, muchos alimentos contienen agua y también pueden ayudar a reponer los líquidos perdidos. Escoja alimentos tales como la lechuga (95 % de agua), la sandía (92 % de agua) y el brócoli (91 % de agua). La sopa, las paletas heladas y el yogur también tienen un alto contenido de agua.

Controle los efectos secundarios. El tratamiento del cáncer puede provocar náuseas, vómitos o diarrea. Hable con su equipo de atención médica sobre las maneras para prevenir o reducir estos efectos secundarios y cualquier inquietud que tenga acerca de la deshidratación.

Monitoree su entorno y actividad. No espere para beber agua u otros líquidos. Haga un esfuerzo consciente para beber de forma regular. Beba más a menudo antes de hacer ejercicio y después de exponerse al clima caluroso. Durante una enfermedad o si se siente mal, sea proactivo y beba agua para mantenerse hidratado a fin de ayudar a su recuperación.

Recursos relacionados

Pódcast de Cancer.Net en inglés: La importancia de la hidratación

Efectos secundarios de la quimioterapia

Cuándo llamar al médico durante el tratamiento para el cáncer (en inglés)

Más información

MedlinePlus: Deshidratación

Sociedad Americana del Cáncer (American Cancer Society): Deshidratación y falta de líquidos