De qué manera el seguimiento de los síntomas mejora la atención oncológica

Lidia Schapira, MD, FASCO; 2015-2021 Redactora Jefa de Cancer.Net
May 6, 2021
Lidia Schapira, MD, FASCO

Se sabe bien que el tratamiento contra el cáncer genera efectos secundarios significativos. Por ejemplo, la quimioterapia puede causar caída del cabello, náuseas e incluso vómitos, y disminución de los recuentos sanguíneos. Algunos fármacos provocan neuralgia u hormigueo, mientras que otros provocan erupciones. Existen diferentes efectos secundarios de distintos tratamientos contra el cáncer y las experiencias pueden ser distintas entre los pacientes. Por eso es importante que los pacientes y los médicos clínicos analicen los síntomas específicos de un paciente con frecuencia y luego usen esta información para adaptar el plan de tratamiento para aliviarlos. Informar los efectos secundarios pronto al equipo de atención médica puede brindar a los pacientes el alivio que necesitan lo antes posible.

El seguimiento de los efectos secundarios no es un nuevo desarrollo. Cuando se desarrolla un fármaco nuevo y se evalúa por primera vez en un ensayo clínico, los investigadores registran los efectos secundarios del nuevo tratamiento. Esta información luego se usa para evaluar la seguridad del nuevo tratamiento y la concentración de las dosis administradas. En los inicios de la oncología, los médicos clínicos asignaban un puntaje o grado numérico a la gravedad del síntoma. Esto se hacía siguiendo los protocolos o las pautas establecidos para garantizar que la información fuera congruente en diferentes centros del estudio. Sin embargo, a medida que los pacientes se volvieron más activos y participaron en la atención oncológica, comenzaron a desafiar esta práctica y afirmaron que los pacientes eran quienes debían asignar un puntaje o grado a estos efectos secundarios. Después de todo, eran los pacientes quienes presentaban los efectos secundarios y eran ellos quieren podían determinar con mayor precisión de qué manera los efectos secundarios afectaban su calidad de vida. Llevó muchos años y un esfuerzo conjunto poder desarrollar cuestionarios que hicieron más fácil que los pacientes puedan informar con precisión sus síntomas y asignarles un grado.

Los médicos clínicos e investigadores hacen referencia a las encuestas usadas para evaluar los síntomas como “resultados informados por el paciente” (PRO, por sus siglas en inglés). Se demostró que los PRO son mejores que los sistemas de asignación de grados del médico clínico para captar la experiencia real de las personas con cáncer que reciben tratamientos nuevos.

La investigación, además, ha demostrado que el uso de PRO puede mejorar la atención y los resultados de salud. Considere el caso de alguien que recibe quimioterapia y radioterapia para tratar un cáncer de garganta. Completar un informe todos los días y enviarlo electrónicamente al equipo de atención médica puede mantener a ese paciente fuera del hospital. Un miembro del personal de enfermería del equipo puede darse cuenta de que el paciente está perdiendo lentamente la capacidad para beber y podría preocuparse por que se deshidrate en unos pocos días. Esa información provocará una llamada al paciente y podrá derivar en una visita programada para hidratación en la clínica, lo que podría evitar una posible visita a la sala de emergencias durante el fin de semana.

La comunidad de médicos clínicos especializados en oncología ha adoptado los PRO porque les ofrecen una medida directa de la experiencia de las personas con cáncer. Hay iniciativas en curso para incorporar PRO electrónicos en los registros médicos y para hacer que estén disponibles de manera generalizada. Una serie de ensayos clínicos recientes han empleado aplicaciones móviles para facilitar el informe de síntomas directamente del paciente al equipo de atención médica. Se espera que la adopción generalizada de los PRO electrónicos mejore la calidad de la atención administrada a muchas más personas con cáncer. Un informe de síntomas rápido y confiable no solo permitirá el tratamiento rápido de los síntomas (y la prevención de problemas incluso más serios), sino que podrá fomentar más colaboración y comunicación entre los pacientes y sus equipos de atención médica. Estos son principios fundamentales de la atención centrada en el paciente.

También podemos esperar que el seguimiento regular de síntomas, como el dolor, a través de los PRO ayude a los pacientes y a los médicos clínicos a trabajar en conjunto para identificar enfoques de tratamiento que no se basen en medicamentos. Por ejemplo, la acupuntura (en inglés) puede ayudar a aliviar las náuseas y el dolor, y se basa en una técnica medicinal ancestral de la China. La biorretroalimentación puede derivar en relajación muscular y puede brindar alivio local en una pequeña área del cuerpo. La meditación mediante atención plena y los ejercicios de respiración simples pueden distraer la mente y producir relajación. Las técnicas como estas pueden reducir la intensidad del dolor o disminuir la ansiedad, lo que hace que estos síntomas sean más soportables.

Concebimos un futuro en el que los PRO se usan para el seguimiento de otros síntomas, como picazón, erupción o diarrea. Contar con herramientas de encuesta independientes diseñadas para recopilar información sobre un síntoma específico es fundamental para que esto funcione bien. A medida que se disponga de tratamientos más nuevos, necesitamos adaptar estos instrumentos para que también registren los efectos secundarios que se asocian con frecuencia a cada nuevo fármaco. Al resolver problemas en conjunto, los pacientes, cuidadores, investigadores y oncólogos pueden encontrar los métodos y las herramientas adecuadas con los que planificar y comunicarse, de modo que el paciente esté cómodo y tenga la mejor salud posible. Reconocer los síntomas de manera temprana y tener un método de informe simple ofrece a los pacientes más control en su atención y mejora la comunicación con los médicos clínicos, lo que en última instancia deriva en una mejor atención.

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