Reunión anual de la ASCO 2021: Inmunoterapia para el melanoma y el NSCLC, la detección del PSA en hombres jóvenes de raza negra, la vacunación contra el VPH y las tasas de cáncer, y los efectos de los límites de elegibilidad de Medicaid sobre el cáncer

2021 ASCO Annual Meeting; #ASCO21
May 19, 2021
ASCO Staff

Debido a la pandemia de la COVID-19 en curso, la Reunión anual de la American Society of Clinical Oncology de 2021 se celebrará virtualmente del 4 al 8 de junio. Miles de profesionales de la oncología y miembros aliados de la comunidad oncológica de todo el mundo se reunirán en línea para obtener información sobre las más recientes investigaciones del tratamiento y la atención a las personas con cáncer.

EN ESTA PÁGINA

En la actualidad, se han destacado estos estudios de investigación: 

La combinación de inmunoterapia retarda la progresión del melanoma avanzado

¿A quién afecta este estudio? A personas con un nuevo diagnóstico de melanoma avanzado no tratado.  

¿Qué encontró este estudio? Los resultados del ensayo clínico RELATIVITY-047 (en inglés) en fase 2/3 muestran que una combinación de medicamentos de inmunoterapia, el relatlimab y el nivolumab (Opdivo), puede ayudar a retrasar el crecimiento del melanoma avanzado. Los investigadores observaron que la combinación de inmunoterapia duplicaba el tiempo de interrupción del melanoma en comparación con la administración del nivolumab en monoterapia.

La inmunoterapia se ha convertido en un enfoque de tratamiento importante para el melanoma en estadio III y IV. El nivolumab es un inhibidor del punto de control inmunitario PD-1 aprobado por la Administración de Alimentos y Medicamentos (Food and Drug Administration, FDA) estadounidense que ayuda al sistema inmunitario del cuerpo a atacar y destruir las células del melanoma. El relatlimab es un tipo de inmunoterapia dirigida al gen 3 de activación linfocitaria (LAG-3). El gen LAG-3 controla una vía que reduce la función de las células inmunitarias llamadas linfocitos T. El relatlimab libera los límites establecidos en los linfocitos T por el LAG-3. En este estudio, los investigadores querían averiguar si actuar sobre las vías de PD-1 y LAG-3 al mismo tiempo podría retardar o detener de forma más eficaz el crecimiento del melanoma.

Este estudio incluyó a 714 personas de todo el mundo con melanoma avanzado que aún no habían sido tratadas. Había 355 personas en el grupo que recibieron tanto relatlimab como nivolumab en una sola infusión. Las 359 personas restantes se colocaron en el grupo para recibir solamente nivolumab. Se realizó un seguimiento de los participantes del estudio durante una mediana de algo más de 13 meses. La mediana es el punto medio, lo que significa que a la mitad de las personas se le realizó un seguimiento inferior a 13 meses y a la otra mitad se le realizó un seguimiento superior a 13 meses. En el grupo que recibió relatlimab y nivolumab, el cáncer se detuvo durante una mediana de 10.1 meses, en comparación con una mediana de 4.6 meses en el grupo que recibió solamente nivolumab. A los 12 meses, el cáncer seguía detenido en aproximadamente el 48% de las personas que recibían la combinación de tratamiento, en comparación con el 36% de las personas que recibían el fármaco único.

La combinación de tratamiento causó más efectos secundarios en los participantes del estudio, incluidos efectos secundarios graves. Entre las personas que recibieron el tratamiento combinado, poco menos de 1 de cada 5 participantes (18.9%) tuvieron un evento adverso grave y hubo 3 muertes relacionadas con el tratamiento en este grupo. Entre los que recibieron solo nivolumab, alrededor de 1 de cada 10 participantes (9.7%) tuvieron un evento adverso grave y se produjeron 2 muertes relacionadas con el tratamiento. Los efectos secundarios de cualquier gravedad causaron que aproximadamente el 15% de las personas dejaran de recibir el tratamiento combinado y que alrededor del 7% dejaran de recibir el nivolumab solo.

¿Qué significa esto para los pacientes? La combinación de relatlimab y nivolumab resulta prometedora como primer tratamiento eficaz para retardar el crecimiento del melanoma avanzado.

“Nuestros resultados demuestran que la terapia combinada con nivolumab y relatlimab es una posible opción de tratamiento novedosa para pacientes con melanoma metastásico, irresecable o no tratado previamente.”

—autor principal, Dr. Evan J. Lipson
Johns Hopkins Kimmel Cancer Center
Baltimore, Maryland 

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El atezolizumab retrasa la recurrencia en personas con cáncer de pulmón no microcítico en estadio temprano

¿A quién afecta este estudio? Personas con cáncer de pulmón no microcítico (NSCLC por sus siglas en inglés) en estadios II a IIIA.

¿Qué encontró este estudio? El ensayo clínico IMpower010 en fase 3 (en inglés) halló que el fármaco de inmunoterapia atezolizumab (Tecentriq) puede retrasar la recurrencia del cáncer en personas con NSCLC en estadios II a IIIA cuando se administra después de la cirugía y la quimioterapia. El tratamiento funcionó mejor en los tumores que expresan la proteína PD-L1, pero también en algunos tumores que no tenían expresión de PD-L1. Aproximadamente la mitad de todas las personas a las que se diagnosticó NSCLC en estadio inicial tienen un tumor que expresa PD-L1. 

El NSCLC es el tipo más frecuente de cáncer de pulmón. Los planes de tratamiento para el NSCLC metastásico o en estadio IV incluyen a menudo la inmunoterapia, un tipo de tratamiento contra el cáncer que usa el sistema inmunitario del organismo para combatir el cáncer. El atezolizumab es un inhibidor de punto de control que bloquea la proteína PD-L1 que utilizan las células cancerosas para ocultarse del sistema inmunitario. La FDA ya ha aprobado el atezolizumab para tratar el NSCLC metastásico con expresión alta de PD-L1. Este estudio está diseñado para explorar si esta inmunoterapia es eficaz en personas con NSCLC en estadios iniciales. Aunque se sabe que la cirugía elimina de forma efectiva muchos de estos cánceres, el riesgo de recurrencia para estos pacientes se considera alto. Por este motivo, a menudo se administra la quimioterapia después de la cirugía. 

Los resultados de este estudio se basaron en 1005 pacientes con NSCLC en estadios IB a IIIA que se extirpó por completo con cirugía y luego se trató con quimioterapia. Después de la quimioterapia, los participantes fueron divididos aleatoriamente en 2 grupos. Un grupo recibió la adición de atezolizumab y el otro grupo recibió el mejor tratamiento de apoyo. El tratamiento de apoyo, o cuidados paliativos, significa tratar los síntomas y efectos secundarios según sea necesario. Para medir el funcionamiento del atezolizumab, los investigadores observaron el tiempo de sobrevivencia sin enfermedad. La sobrevivencia sin enfermedad es la cantidad de tiempo sin signos ni síntomas de cáncer después de que finalice el tratamiento. Además de comparar los resultados basados en si se añadió atezolizumab al plan de tratamiento general, los investigadores también analizaron las diferencias entre los pacientes con un tumor con expresión de PD-L1 y aquellos con un tumor que no presentaba expresión de PD-L1.

En el caso de las personas con NSCLC en estadios II a IIIA, independientemente del nivel de expresión de PD-L1, los investigadores encontraron que atezolizumab condujo a una sobrevivencia libre de enfermedad más prolongada en comparación con el mejor tratamiento de apoyo por sí solo. La adición de atezolizumab después de la cirugía y la quimioterapia redujo el riesgo de recurrencia de la enfermedad o muerte en un 21% para este grupo. La mediana de la sobrevivencia sin enfermedad para estos pacientes fue de 42.3 meses. Para los pacientes que recibieron el mejor tratamiento de apoyo, fue de 35.3 meses. Los resultados fueron mejores para las personas que habían recibido atezolizumab y cuyo tumor presentaba expresión de PD-L1. La mediana de la sobrevivencia sin enfermedad para este grupo no se había alcanzado cuando se presentaron estos datos. Esto significa que más de la mitad de los pacientes de este grupo aún no tenían signos ni síntomas de cáncer. Los investigadores observaron una reducción del 34% del riesgo de recurrencia o muerte cuando el tumor de los pacientes expresaba PD-L1.

En el caso de las personas con NSCLC en estadio IB que recibieron atezolizumab, los investigadores no observaron una mejora estadísticamente significativa en comparación con los que recibieron el mejor tratamiento de apoyo en este momento de los resultados del estudio. Los investigadores creen que puede ser demasiado pronto para sacar conclusiones de esta investigación para este grupo de pacientes, ya que se sabe que la enfermedad en estadio IB reaparece con menos frecuencia que la enfermedad en estadios II a IIIA. 

Los efectos secundarios fueron frecuentes en ambos grupos. Más del 92% de los pacientes que recibieron atezolizumab y más del 70% de los pacientes que recibieron el mejor tratamiento de apoyo experimentaron efectos secundarios. Los eventos adversos graves afectaron a aproximadamente el 22% de las personas que recibieron atezolizumab y al 11% de los participantes del grupo que recibió el mejor tratamiento de apoyo. Entre los que recibieron atezolizumab, los efectos secundarios fueron lo suficientemente graves como para que aproximadamente el 18% tuviera que dejar de recibir tratamiento. También hubo 1 muerte relacionada con el tratamiento en este grupo.

¿Qué significa esto para los pacientes? El atezolizumab administrado después de la cirugía y la quimioterapia puede ayudar a las personas con NSCLC en estadios II a IIIA a vivir más tiempo. 

“Aunque la cirugía puede curar a algunos pacientes con cáncer de pulmón en etapa inicial, la recurrencia de la enfermedad sigue siendo muy frecuente. Hasta este ensayo, el único tratamiento que se conocía para ayudar a reducir ese riesgo para la mayoría de los pacientes era la quimioterapia (u osimertinib para el pequeño grupo de pacientes con tumores con una mutación de EGFR). Estos datos muestran que la medicina personalizada con atezolizumab puede reducir la probabilidad de que el NSCLC reaparezca después de la cirugía para los pacientes que tienen un tumor que expresa el biomarcador PD-L1.”

—autora principal del estudio, Dra. Heather Wakelee
Stanford University Medical Center
Palo Alto, CA 

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La detección por PSA más frecuente en los hombres más jóvenes de raza negra reduce el riesgo de cáncer de próstata metastásico en el momento del diagnóstico y el riesgo de muerte 

¿A quién afecta este estudio? A los hombres de raza negra menores de 55 que presentan un riesgo mayor de cáncer de próstata

¿Qué encontró este estudio? Un amplio estudio poblacional nacional de hombres de raza negra de entre 40 y 55 años descubrió que realizar pruebas detección más frecuentes del antígeno prostático específico (PSA, por sus siglas en inglés) puede reducir el riesgo de tener enfermedad metastásica en el momento del diagnóstico de cáncer de próstata y reducir el riesgo de muerte. El PSA es una proteína producida por células normales, así como por células cancerosas, de la glándula prostática. La detección mediante PSA es un análisis de sangre utilizado para encontrar cáncer de próstata antes de que cause síntomas o signos. 

En la actualidad, las pautas del U.S. Preventive Services Task Force (Grupo de Trabajo de Servicios Preventivos de los EE. UU.) recomiendan que la detección mediante el PSA comience a los 55 años en todos los hombres. Sin embargo, algunas sociedades médicas recomiendan que la detección por PSA comience a los 40 años para los hombres de raza negra. Los hombres más jóvenes de raza negra tienen un riesgo significativamente mayor de cáncer de próstata y un riesgo mayor de morir por cáncer de próstata en comparación con los hombres de raza blanca. Sin embargo, a pesar de esta diferencia racial, los hombres de raza negra a menudo están infrarrepresentados en ensayos clínicos que estudian la detección del cáncer de próstata, incluidos aquellos que han sido utilizados con frecuencia por las organizaciones para fundamentar las pautas de exámenes de detección del cáncer de próstata. Como resultado, es limitada la información adecuada para guiar el desarrollo de recomendaciones de detección para hombres de raza negra menores de 55 años.

Utilizando la base de datos de la Administración de Salud de los Veteranos estadounidense, este estudio examinó los datos de 4726 hombres de raza negra de entre 40 y 55 años a los que se les había diagnosticado cáncer de próstata entre 2004 y 2017. La edad media de los hombres era de aproximadamente 52 años. En el estudio, los investigadores analizaron la frecuencia con la que los hombres se habían sometido a un examen de detección por PSA en los años anteriores al diagnóstico de cáncer de próstata de cada persona. Los investigadores definieron esta intensidad de detección como el porcentaje de años que los hombres habían realizado la detección por PSA durante el período previo a su diagnóstico, que osciló entre 1 y 5 años. Los investigadores clasificaron los datos de los pacientes en 2 grupos en función de la intensidad de su detección. El grupo “Bajo” presentó una tasa de detección por PSA de menor intensidad, lo que significa que se había sometido a los procedimientos de detección con menos frecuencia. El grupo “Alto” presentó una tasa de detección por PSA de mayor intensidad, lo que significa que se había sometido a los procedimientos de detección con más frecuencia. 

Los investigadores observaron que los hombres del grupo “Alto” tenían un riesgo casi un 40% menor de presentar enfermedad metastásica en el momento del diagnóstico en comparación con los del grupo “Bajo”. Además, alrededor del 14% de los hombres del grupo “Alto” tenían cáncer con una puntuación de Gleason de 8 o superior en el momento del diagnóstico, en comparación con alrededor del 18% de los hombres del grupo “Bajo”. El sistema de puntuación de Gleason se utiliza para determinar si es más o menos probable que un cáncer de próstata crezca rápidamente y se extienda. Una puntuación de Gleason de 8 o superior se considera un cáncer de grado alto, lo que significa que existe una mayor probabilidad de que el cáncer crezca rápidamente y se extienda. El estudio también mostró que los hombres del grupo “Alto” tenían una probabilidad aproximadamente un 25% menor de morir por cáncer de próstata. 

¿Qué significa esto para los pacientes? Realizar procedimientos de detección por PSA con más frecuencia en los hombres de raza negra menores de 55 años puede ayudar a encontrar el cáncer de próstata antes, lo que se traduce en un menor número de casos de cáncer de próstata metastásico de nuevo diagnóstico y una menor probabilidad de morir por la enfermedad. 

“Los hallazgos refuerzan la importancia de la detección precoz por PSA en los hombres afroamericanos, ya que nuestra investigación sugiere que una detección precoz por PSA puede mejorar sus resultados en el cáncer de próstata. Los hallazgos también nos acercan más a abordar las disparidades raciales que existen en el cáncer de próstata.” 

—autor principal del estudio, Licenciado en Ciencias Edmund M. Qiao
University of California San Diego
San Diego, California 

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La detección del VPH y la vacunación contra el VPH ha reducido las tasas de cáncer de cuello uterino; las tasas de otros cánceres relacionados con el VPH han aumentado 

¿A quién afecta este estudio? Personas a las que se les ha diagnosticado virus papiloma humano (VPH) o cáncer relacionado con el VPH y entre la población general en riesgo de VPH.

¿Qué encontró este estudio? Un estudio que analizó las tasas de cánceres relacionados con el VPH en toda la población estadounidense mostró que, aunque las tasas de cáncer de cuello uterino han disminuido en los últimos 17 años, las tasas de otros tipos de cáncer relacionados con el VPH han aumentado. Los investigadores observaron que las tendencias en las tasas de cánceres relacionados con el VPH varían en función de varios factores, incluyendo el tipo de cáncer, la edad y el sexo.
 
La tasa de cáncer de cuello uterino ha disminuido en aproximadamente un 1% cada año en los últimos 17 años. Los investigadores sugieren que esto se debe, en parte, a las pautas de vacunación y detección existentes para el cáncer de cuello uterino. Por el contrario, las tasas de otros cánceres relacionados con el VPH han aumentado en un 1.27% cada año para las mujeres y en un 2.36% cada año para los hombres. Estos cánceres—anales (en inglés), rectales, orofaríngeos, y vulvares (en inglés) —no tienen pautas de detección o de vacunación contra el VPH.

El VPH es un virus frecuente que se propaga de persona a persona durante el contacto piel con piel. Los tipos específicos, o cepas, denominados de “VPH genital”, se contagian con mayor frecuencia a través de la actividad sexual. Algunos tipos pueden convertirse en una infección duradera que provoca lesiones precancerosas o cáncer. El VPH se asocia con el 4.5% de todos los cánceres en el mundo. La Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA) aprobó por primera vez una vacuna contra el VPH en 2006 para mujeres y niñas de edades comprendidas entre los 9 y los 26 años y, con el tiempo, ha ampliado su aprobación de vacunación contra el VPH para incluir a todas las personas de edades comprendidas entre los 9 y los 45 años. 

Al observar los datos del programa de estadísticas del cáncer de los Estados Unidos entre 2001 y 2017, los investigadores encontraron que los cambios en las tasas de cáncer relacionadas con el VPH dependían del tipo de cáncer, la edad y el sexo.

  • Las mujeres más jóvenes con edades comprendidas entre los 20 y los 24 años presentaron una mayor mejora en las tasas de cáncer de cuello uterino que las mujeres de edad avanzada. La incidencia en este grupo de menor edad disminuyó en un 4.64% al año. Dado que las pautas de detección para este grupo de edad no han cambiado, los investigadores sugieren que la vacuna contra el VOG ha tenido un impacto en la reducción de las tasas de cáncer de cuello uterino.

  • Entre las mujeres de 55 años o más, los investigadores predicen que los cánceres anales y rectales se diagnosticarán con la misma frecuencia que el cáncer de cuello uterino para el año 2025. 

  • El cáncer de cuello uterino es el único cáncer de este estudio con datos suficientes para observar las tendencias en adultos jóvenes. Los otros cánceres relacionados con el VPH se diagnostican a menudo en personas mayores. Será necesario realizar más investigaciones para comprobar la eficacia de la vacuna contra el VPH en la prevención de estos cánceres que se diagnostican más adelante en la vida.

  • Más del 80% de los hombres con un cáncer relacionado con el VPH tienen cáncer orofaríngeo. Ellos son más propensos a desarrollar este cáncer que las mujeres. El grupo con mayor riesgo de cáncer orofaríngeo relacionado con el VPH son hombres de raza blanca de 60 a 69 años. Los investigadores sugirieron que los factores que desempeñan un papel aquí incluyen el hecho de que menos hombres y personas mayores han recibido la vacunación contra el VPH, mientras que los hombres también son mayores consumidores de tabaco y alcohol.

¿Qué significa esto para los pacientes? Es importante que todos reciban la vacuna contra el VPH cuando sean elegibles para reducir las tasas de cáncer. Esto incluye a niños y hombres, así como a personas de entre 27 y 45 años que no recibieron la vacuna cuando eran más jóvenes. Las personas que ya han tenido una infección por el VPH también pueden vacunarse contra el VPH, ya que puede prevenir infecciones adicionales de otros tipos de VPH. Consulte con su médico sobre las recomendaciones para la detección del cáncer y los pasos para la reducción del riesgo de cáncer que se adaptan a su atención. 

“Es probable que la reducción significativa de la incidencia de cáncer de cuello uterino se derive de pautas claras para la detección del cáncer de cuello uterino y también puede ser un reflejo de la promoción y la aceptación de la vacunación, especialmente en las mujeres más jóvenes.”

— autor principal del estudio, Dr. Cheng-I Liao, 
Kaohsiung Veterans General Hospital
Kaohsiung, Taiwán 

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Las tasas de sobrevivencia al cáncer a largo plazo son mejores en los estados de EE. UU. con mayores límites de elegibilidad para Medicaid por ingresos. 

¿A quién afecta este estudio? A los estadounidenses con cáncer cuyos ingresos se encuentran dentro de los niveles de pobreza.   

¿Qué encontró este estudio? En los Estados Unidos, el programa Medicaid proporciona seguro de salud a más de 72 millones de personas con ingresos bajos. Los programas de Medicaid son operados de forma independiente por cada estado, y los límites de ingresos utilizados para determinar si alguien puede recibir beneficios de Medicaid varían de un estado a otro. Este estudio reveló que los adultos menores de 65 años con cáncer de nuevo diagnóstico e ingresos bajos tenían un riesgo más bajo de morir si vivían en un estado con un límite de ingresos más alto para la elegibilidad de Medicaid.

Los investigadores examinaron los datos de la base de datos nacional del cáncer que abarcaba a más de 1.4 millones de adultos con edades comprendidas entre los 18 y los 64 años y con nuevo diagnóstico de alguno de los 17 tipos de cáncer más frecuentes entre 2010 y 2013. Midieron cuánto tiempo vivían las personas desde el momento del diagnóstico hasta el 31 de diciembre de 2017 durante un máximo de 8 años de seguimiento. Los límites de elegibilidad de ingresos para programas estatales de Medicaid se dividieron en 3 categorías en función del porcentaje del índice federal de pobreza (Federal Poverty Level, FPL) que utilizó el estado:

  • Bajo: La elegibilidad requiere que los ingresos de una persona sean del 50% o menos del FPL 

  • Medio: La elegibilidad requiere que los ingresos de una persona sean entre el 51% y el 137% del FPL 

  • Alto: La elegibilidad requiere que los ingresos de una persona sean del 138% o más del FPL

Al FPL lo emite cada año el Departamento de Salud y Servicios Humanos de los EE. UU., y se escala según el número de personas de un hogar. Por ejemplo, el FPL de 2021 es de $12,880 al año para un hogar de 1 persona y de $26,500 al año para un hogar de 4 personas. El FPL es mayor en Alaska y en Hawái. En 2014, una parte de la Ley de Protección de Pacientes y Atención Asequible (Affordable Care Act, ACA) permitió a los estados ampliar la cobertura Medicaid para adultos con bajos ingresos. Sin embargo, no todos los estados han ampliado la elegibilidad para Medicaid. A las personas de este estudio se les diagnosticó cáncer antes de que se permitiera la expansión de Medicaid y se observó su salud durante los años en los que ampliar la elegibilidad para Medicaid era una opción.

En los datos de este estudio, el 22% de las personas vivían en estados con un límite de elegibilidad para ingresos bajos de Medicaid, el 43.5% vivían en estados con un límite medio y el 34.5% vivían en estados con un límite alto. Después del análisis estadístico, los investigadores vieron que las personas con cáncer en estados con límites bajos y medios tenían más probabilidades de morir por cáncer en fase temprana o tardía que las que vivían en estados con un límite alto. Por ejemplo, en comparación con las personas que viven en estados con un límite alto, las personas con cáncer de mama en etapa inicial tenían un riesgo 31 % mayor de morir si vivían en un estado de límite bajo y un riesgo 17 % mayor de morir si vivían en un estado de límite medio.

¿Qué significa esto para los pacientes? Las personas con cáncer de nuevo diagnóstico que tienen un ingreso bajo tienen un riesgo más bajo de morir si viven en estados que establecen los límites de ingresos de Medicaid a niveles más altos, independientemente del estadio de su enfermedad o de si tienen menos de 65 años.   

“Hasta la fecha, se sabe poco acerca de los efectos de los límites de elegibilidad de los ingresos de Medicaid sobre los resultados del cáncer. Nuestra investigación proporciona pruebas sólidas de que la expansión estatal de Medicaid se asocia a una mejor sobrevivencia a largo plazo entre los pacientes con cáncer de nuevo diagnóstico.”

—autor principal del estudio, MPH Jingxuan Zhao
American Cancer Society (Sociedad Americana Contra el Cáncer)
Atlanta, Georgia

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