Ayudar a los niños y adolescentes en duelo

Aprobado por la Junta Editorial de Cancer.Net, 03/2018

Los niños y adolescentes expresan su duelo de muchas formas. Algunos pueden estar tristes y verbalizar la pérdida, como muchos adultos. Sin embargo, según las edades, pueden mostrar tristeza solo en algunos momentos y por períodos breves. Los niños pueden quejarse de malestares físicos, como dolores de cabeza o estómago. O pueden expresar ansiedad o angustia sobre otros desafíos, como la escuela o los deportes.

La pérdida es más intensa cuando el niño tenía una relación cercana con la persona que falleció, como un padre o hermano. Sin embargo, esto no siempre parece obvio según las reacciones del niño. Puede parecer que el duelo del niño aparezca y desaparezca. Y un niño puede que rara vez exprese verbalmente su duelo. Esto es algo normal. El niño también puede volver a experimentar la intensidad de la pérdida cuando crezca. Esto puede suceder durante ciertos logros de la vida, como al empezar la escuela o en la primera cita. Incluso en la adultez, ciertos eventos importantes, como graduarse de la facultad o casarse, pueden disparar un duelo de nuevo.

Entender cómo los niños y adolescentes ven la muerte

Es importante saber cómo los niños entienden la muerte en las diferentes etapas del desarrollo. Varía según la edad y suele cambiar a medida que el niño se desarrolla emocional y socialmente. Otros factores también influyen en las reacciones de los niños. Estos pueden ser su personalidad, experiencias previas con la muerte y el apoyo de los familiares. Tenga en cuenta que los niños no pasan de forma abrupta de una etapa del desarrollo a la siguiente. Y las características de cada etapa pueden superponerse.

Infantes (del nacimiento hasta los 2 años)

  • No entienden la muerte.

  • Son conscientes de la separación y pasarán un duelo por la ausencia del padre o cuidador.

  • Pueden reaccionar ante la ausencia del padre o cuidador con más llantos, menor capacidad de respuesta y cambios en la alimentación o en el sueño.

  • Pueden seguir buscando o preguntando por el padre o cuidador que falta y esperar a que vuelva.

  • Se ven más afectados por la tristeza del padre/la madre o cuidador vivo.

Niños de edad preescolar (de 3 a 6 años)

  • Sienten curiosidad por la muerte y creen que es temporal o reversible.

  • Pueden ver a la muerte como dormir. En otras palabras, la persona está muerta, pero solo de forma limitada y puede seguir respirando o comiendo después de la muerte.

  • Suelen sentir culpa y creen que son responsables por la muerte de un ser amado, tal vez porque "no se comportaron bien" o desearon que la persona "se fuera".

  • Pueden creer que, si se comportan, van a poder hacer que regrese la persona que falleció.

  • Pueden preocuparse por quién los cuidará y por que los abandonen.

  • Se ven muy afectados por la tristeza de los familiares vivos.

  • No pueden poner en palabras sus sentimientos y reaccionan ante la pérdida con comportamientos como irritabilidad, agresión, síntomas físicos, problemas para dormir o regresión (como mojar la cama o chuparse el dedo).

Niños de edad escolar (6 a 12 años)

  • Entienden que la muerte es final.

  • Pueden pensar en la muerte como una persona o un espíritu, como un fantasma, ángel o esqueleto.

  • A los 10 años, entienden que la muerte les llega a todos y que no se puede evitar.

  • Les suelen interesar los detalles específicos de la muerte y lo que le sucede al cuerpo después de la muerte.

  • Pueden experimentar muchas emociones, como culpa, enojo, vergüenza, ansiedad, tristeza y preocupación por su propia muerte.

  • Les resulta difícil hablar sobre sus sentimientos. Sus sentimientos pueden manifestarse mediante comportamientos, como evitar la escuela, mal desempeño escolar, agresión, síntomas físicos, separación de los amigos y regresión.

  • Pueden preocuparse por quién los cuidará y tienden a experimentar sentimientos de inseguridad, apego y abandono.

  • Pueden preocuparse por tener la culpa de la muerte.

Adolescentes (13 a 18 años)

  • Tienen una comprensión adulta del concepto de la muerte, pero no tienen las experiencias, habilidades para afrontar la situación, ni el comportamiento de un adulto.

  • Pueden actuar con enojo con sus familiares o mostrar comportamientos impulsivos o imprudentes, como consumo de sustancias, peleas en la escuela y promiscuidad sexual.

  • Pueden experimentar muchas emociones, pero no saber cómo manejarlas o no sentirse cómodos para hablar de estas.

  • Pueden cuestionar su fe o su comprensión del mundo.

  • Pueden no estar dispuestos a recibir apoyo de familiares adultos por su necesidad de ser independientes y de estar separados de los padres.

  • Pueden afrontar la situación pasando más tiempo con amigos o separándose de la familia para estar solos.

Ayudar a su hijo a lidiar con la pérdida

Explíquele la muerte con términos simples, directos y honestos adaptados al nivel de desarrollo de su hijo. Los niños no pueden reflexionar sobre sus pensamientos y emociones como los adultos. Así que van a necesitar muchas conversaciones breves. Los adultos pueden tener que repetir la misma información muchas veces. Los niños pueden hacer muchas veces las mismas preguntas para intentar procesar la información compleja.

Aquí tiene algunos consejos para explicarle la muerte y la pérdida a su hijo:

  • Explíquele la muerte con palabras reales como "murió" en vez de frases confusas, como "se fue a dormir". Puede decirle que la muerte implica que el cuerpo de la persona dejó de funcionar o que la persona ya no puede respirar, hablar, moverse, comer ni hacer nada de lo que podía hacer cuando estaba vivo.

  • Comparta las creencias religiosas o espirituales de su familia respecto a la muerte.

  • Incite a sus hijos a que le hagan preguntas e intente responderlas de forma directa y honesta. Si no sabe la respuesta de una pregunta, ayúdelos a encontrar la respuesta.

  • Use libros, dibujos, o juegos de rol para ayudar a los niños más chicos a entender la muerte.

Aquí tiene algunas sugerencias que pueden ayudar a su hijo a afrontar una pérdida:

  • Asegúrese de que su hijo entienda que no es el culpable de la muerte y que la persona que falleció no va a volver.

  • Bríndele mucho afecto y reconforte a su hijo de forma frecuente para que sepa que seguirá siendo amado y cuidado.

  • Incite a su hijo a hablar sobre sus emociones. Sugiérale otras formas de expresar sus sentimientos, como escribir en un diario o hacer un dibujo.

  • Sin abrumar a su hijo, comparta su duelo con él. Expresar sus emociones puede incitar a su hijo a compartir sus propias emociones.

  • Ayude a su hijo a entender que el duelo normal conlleva muchas emociones, incluido el enojo, la culpa y la frustración. Explíquele que sus emociones y reacciones pueden ser muy diferentes de las de los adultos.

  • Asegúrele a su hijo que es normal que el dolor del duelo aparezca y desaparezca a lo largo del tiempo. Explíquele que no siempre pueden predecir cuándo se van a sentir tristes.

  • Si su hijo es más grande, incítelo a hablar con un adulto fuera de la familia, como un profesor o clérigo. También puede tener en cuenta un grupo de apoyo de edad específica.

  • Mantenga la constancia de las rutinas y cuidadores tanto como sea posible, y siga estableciendo límites en el comportamiento. El cuidado, la constancia y la continuidad ayudan a los niños a sentirse seguros.

  • Incítelo a pasar tiempo con amigos y a realizar otras actividades apropiadas para su edad.

  • Hágale saber a su hijo que sentirse feliz y divertirse no es serle desleal a la persona que falleció.

  • Hable con un terapeuta de duelos, psicólogo de niños u otro profesional de la salud mental si tiene alguna inquietud sobre el comportamiento de su hijo.

Abordar los cambios de la rutina diaria y de los papeles

La muerte de un padre u otro familiar cercano pueda afectar directamente la vida diaria de un niño. Las rutinas familiares y los papeles cambian, como, por ejemplo, que el padre o la madre vivos deban volver a trabajar y pasar menos tiempo en su casa. Estos cambios son una perturbación extra que puede aumentar la angustia del niño. Tener más preparación, conversaciones y apoyo para estas transiciones es beneficioso incluso para los niños más chicos.

Aunque la muerte de un familiar por cáncer es muy dolorosa, también puede disminuir el estrés de un niño. Por ejemplo, la muerte de un hermano puede implicar que un padre no divide su tiempo entre el hijo enfermo en el hospital y el otro hijo en su casa. Es normal tener sentimientos encontrados fuertes, incluido alivio, cuando el sufrimiento de un familiar se acaba después de una enfermedad larga o complicada. Ayude a su hijo a darse cuenta que estos sentimientos son normales y que no debería sentirse culpable.

Honrar y recordar a la persona que falleció

Los niños de hasta 3 años entienden el concepto de decir adiós. Ellos deben elegir cómo decirle adiós a un ser amado.

  • Bríndeles la opción de ir a las ceremonias conmemorativas a los niños de edad preescolar y mayores. Pero no los obligue a ir si no quieren hacerlo.

  • Algunos niños pueden querer ir a una ceremonia conmemorativa, pero no a un velatorio o entierro.

  • Permítales a sus hijos mayores o adolescentes a ayudar a planear los homenajes si ellos lo desean.

  • Hable desde antes con sus hijos sobre lo que sucederá en un velorio. Considere ir a la iglesia o al cementerio.

  • Pídale a un adulto de confianza que lo ayude a cuidar a los niños más jóvenes en el velorio o que vayan a su casa con un hijo que se quiera ir antes.

Ayúdele a entender a su hijo que la persona que falleció vive en sus recuerdos. Los padres con una enfermedad terminal suelen dejar cartas, videos o fotografías para ayudar a sus hijos a recordar lo mucho que los amaban. Los niños también pueden juntar fotos y otros objetos especiales para crear su propio recuerdo. En los niños más jóvenes, la mayor parte de los conocimientos sobre la persona que falleció vendrá de los recuerdos de otros familiares. Hable seguido sobre la persona, y recuérdeles a los niños lo mucho que la persona fallecida los amaba. A lo largo del tiempo, los niños pueden entender que no serían quienes son sin la influencia de la persona especial que falleció.

Recursos relacionados

Entender el duelo y la pérdida

Duelo por la pérdida de un hermano

Dialogar con sus niños sobre el cáncer

Dialogar con los adolescentes sobre el cáncer (en inglés)

Más información

Sociedad Estadounidense del Cáncer: Apoyo a los niños cuando alguien en la familia tiene cáncer

KIDSAID (sitio web en inglés para ayudar a los niños a afrontar el duelo y la pérdida)

Instituto Nacional del Cáncer: Aflicción, duelo y manejo de la pérdida (PDQ®)