Reunión anual de la American Society of Clinical Oncology de 2021: nuevos tratamientos y avances en investigación para el cáncer de esófago, de próstata, de mama, de cuello uterino, de riñón y nasofaríngeo

2021 ASCO Annual Meeting; #ASCO21
June 3, 2021
ASCO Staff

Mañana comenzará, de manera virtual, la reunión anual de la American Society of Clinical Oncology de 2021. Miles de profesionales de la oncología y miembros aliados de la comunidad oncológica de todo el mundo se reunirán en línea para obtener información sobre las más recientes investigaciones del tratamiento y la atención a las personas con cáncer. Obtenga más información sobre algunas de las investigaciones que se presentarán en esta reunión.

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Algunas de las investigaciones destacadas que se presentarán en la reunión incluyen: 

Las combinaciones de inmunoterapia para el cáncer de esófago avanzado ayudan a las personas a vivir más tiempo

¿A quién afecta este estudio? A personas con carcinoma de células escamosas de esófago avanzado que aún no han recibido tratamiento.

¿Cuáles fueron los hallazgos de este estudio? El estudio en fase 3 CheckMate 648 (en inglés) halló que la combinación de nivolumab (Opdivo) con ipilimumab (Yervoy) o con quimioterapia usando 5-fluorouracilo (5-FU) y cisplatino (disponible como fármaco genérico) como tratamiento de primera línea para el carcinoma epidermoide de esófago avanzado ayuda a los pacientes a vivir más tiempo. Los pacientes con tumores que expresaron la proteína PD-L1 tuvieron los mejores resultados, pero el tratamiento también funcionó en algunos tumores que no expresaban la PD-L1.

El carcinoma de células escamosas de esófago es el tipo más frecuente de cáncer de esófago en todo el mundo, y el carcinoma de células escamosas de esófago avanzado que se ha extendido es difícil de tratar. La tasa de supervivencia de 5 años del cáncer de esófago que se ha diseminado a partes distantes del cuerpo es del 5%. En la actualidad, el tratamiento de primera línea estándar para las personas con el carcinoma de células escamosas de esófago avanzado a las que no se les puede realizar cirugía es la quimioterapia. En general, la mediana del tiempo de supervivencia de las personas tratadas de esta manera es de 10 meses. La mediana es el punto medio, lo que significa que la mitad de los participantes de este grupo vivieron más de 10 meses y la otra mitad vivió menos que eso.

En este estudio, los investigadores analizaron 2 fármacos de inmunoterapia diferentes: el nivolumab y el ipilimumab. El nivolumab es un inhibidor de punto de control que bloquea la proteína PD-L1. La PD-L1 es una proteína que las células cancerosas utilizan para ocultar del sistema inmunitario. El ipilimumab bloquea otra proteína, llamada proteína CTLA-4, que impide que el sistema inmunitario ataque a las células cancerosas. El estudio analizó 3 enfoques de tratamiento diferentes: la combinación de nivolumab y la pauta de quimioterapia, la combinación de nivolumab e ipilimumab y la administración de la pauta de quimioterapia sola. En los grupos que recibieron la inmunoterapia, los participantes del estudio podían recibir tratamiento durante un máximo de 2 años o hasta que el cáncer mostrara signos de crecimiento y diseminación o eventos adversos que hacían que el paciente dejara de recibir tratamiento. El objetivo del estudio era ver si estas nuevas combinaciones con inmunoterapia podían prolongar la supervivencia de las personas con carcinoma de células escamosas de esófago avanzado, en comparación con el enfoque actual de uso de quimioterapia sola.

En este estudio se incluyó a 970 participantes con carcinoma de células escamosas de esófago avanzado de todo el mundo y poco más de la mitad de ellos tenían tumores que expresaban la proteína PD-L1. Los participantes fueron asignados aleatoriamente a 1 de los 3 grupos: nivolumab e ipilimumab, nivolumab y quimioterapia, o quimioterapia sola, que es el estándar de atención actual. Los resultados muestran que ambas nuevas combinaciones de inmunoterapia mejoraron la supervivencia general de todos los pacientes, en comparación con la quimioterapia sola.

Los pacientes con un tumor con expresión de PD-L1 experimentaron mejores resultados cuando se utilizó inmunoterapia. Los pacientes con un tumor con expresión de PD-L1 que recibieron nivolumab y quimioterapia vivieron durante una mediana de 15.4 meses. Los pacientes que recibieron nivolumab e ipilimumab vivieron durante una mediana de 13.7 meses, y los que recibieron quimioterapia sola vivieron durante una mediana de 9.1 meses.

Ambas nuevas combinaciones de tratamientos ayudaron a las personas a vivir más tiempo, independientemente de si el tumor expresaba la proteína PD-L1 o no. En todos los pacientes que recibieron nivolumab y quimioterapia, la mediana de la supervivencia general fue de 13.2 meses, y los pacientes que recibieron nivolumab e ipilimumab tuvieron una supervivencia general de 12.8 meses. En comparación, los que recibieron quimioterapia sola presentaron una mediana de supervivencia general de 10.7 meses. La tasa de eventos adversos fue similar entre todos los tratamientos, pero las personas que recibieron nivolumab y quimioterapia tuvieron más incidencia de interrupción del tratamiento debido a efectos secundarios graves.

¿Qué significa esto para los pacientes? Para las personas con carcinoma de células escamosas de esófago avanzado, el tratamiento de primera línea con nivolumab y quimioterapia o nivolumab e ipilimumab pueden proporcionar alternativas a la quimioterapia sola que pueden ayudar a las personas a vivir más tiempo. Para las personas con un tumor que expresa la PD-L1, el nivolumab más quimioterapia ofreció los mejores resultados, pero también tuvo la mayor tasa de eventos adversos.

“Las mejoras clínicamente significativas en la supervivencia de estas 2 pautas de tratamiento destacan el impacto de la inmunoterapia en la atención oncológica y deberían aportar nuevas opciones terapéuticas a un grupo de pacientes que a menudo reciben el diagnóstico cuando la enfermedad ya se ha extendido”.

—Autor principal del estudio, Dr. Ian Chau, FRCP
Royal Marsden Hospital
 Sutton, Reino Unido

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El nuevo tratamiento de radioterapia dirigida es efectivo contra el cáncer de próstata metastásico resistente a la castración 

¿A quién afecta este estudio? A personas con cáncer de próstata resistente a la castración (CPRC) metastásico que no se ha interrumpido con el tratamiento con inhibidores de andrógenos y quimioterapia con taxanos.

¿Qué se halló en este estudio? El ensayo clínico en fase 3 VISION (en inglés) ha demostrado que un tratamiento de radioterapia dirigida llamada lutetium-177-PSMA-617 (177Lu-PSMA-617 o LuPSMA) añadida a los tratamientos estándar actuales ralentiza el progreso del CPRC metastásico durante unos 5 meses más que el estándar de atención actual y ayuda a las personas a vivir unos 4 meses más que el estándar de atención actual.

Cuando el crecimiento del cáncer de próstata avanzado ya no se ralentiza por los bajos niveles de testosterona en el cuerpo y el cáncer se ha extendido a otras partes del cuerpo, se lo denomina CPRC metastásico. No hay cura para el CPRC metastásico y puede ser difícil de tratar. En la actualidad, la American Society of Clinical Oncology recomienda (en inglés) un tratamiento que continúe reduciendo los niveles hormonales en el cuerpo, así como inhibidores de los andrógenos, como el acetato de abiraterona (Zytiga) o la enzalutamida (Xtandi), y la quimioterapia con docetaxel (Taxotere), así como otros tratamientos.

Alrededor del 80% de las personas con cáncer de próstata tienen células cancerosas que expresan una proteína llamada antígeno de membrana específico de la próstata (PSMA, por sus siglas en inglés) a niveles elevados, incluidos aquellos con enfermedad metastásica. El PSMA ya se utiliza como objetivo para un tipo de TEP-TC (tomografía por emisión de positrones con una tomografía computarizada), llamado Galio 68 PSMA-11, para averiguar si el cáncer de próstata se ha extendido a otras partes del cuerpo. El tratamiento que se está estudiando en este ensayo clínico encuentra PSMA en la superficie de las células cancerosas de próstata y administra una dosis de radiación directamente a la célula y una zona muy pequeña a su alrededor. Los términos más amplios para este tipo de enfoque de radioterapia dirigida son la terapia dirigida con radioligandos (RLT por sus siglas en inglés) y la terapia con radionúclidos de receptores peptídicos (PRRT por sus siglas en inglés). La 177Lu-PSMA-617 se administra mediante infusión en una vena.

Este estudio incluyó a 831 participantes con CPRC metastásico que fueron reclutados desde junio de 2018 hasta octubre de 2019. Todos habían recibido tratamientos con inhibidores de andrógenos y 1 o 2 pautas de quimioterapia. Hubo 551 personas asignadas al grupo que recibieron 177Lu-PSMA-617 más tratamientos del estándar de atención. Los 280 participantes restantes fueron asignados al grupo de control, que recibió únicamente tratamientos del estándar de atención. Como se ha descrito anteriormente, no hay opciones claras sobre el mejor estándar de atención si los inhibidores de andrógenos y la quimioterapia ya no son eficaces para detener el CPRC metastásico.

Después de una mediana de seguimiento de casi 21 meses, los investigadores observaron que el cáncer se detuvo durante una mediana de 8.7 meses en el grupo de 177Lu-PSMA-617, en comparación con una mediana de 3.4 meses en el grupo de control. En términos de supervivencia general, las personas del grupo 177Lu-PSMA-617 vivieron durante una mediana de 15.3 meses, en comparación con una mediana de 11.3 meses en el grupo de control.

Cualquier terapia hormonal para el cáncer de próstata puede causar o empeorar problemas óseos, o el cáncer en sí mismo puede extenderse al hueso. En este estudio, el tratamiento con 177Lu-PSMA-617 retrasó los problemas óseos que provocaron síntomas hasta 11.5 meses, en comparación con 6.8 meses en el grupo de control. Los eventos adversos graves fueron más frecuentes en el grupo de 177Lu-PSMA-617 (52.7% de los pacientes) en comparación con el grupo de control (38% de los pacientes). Los eventos adversos más frecuentes de grado bajo de 177Lu-PSMA-617 fueron fatiga, sequedad de boca, náuseas, anemia y dolor de espalda.

¿Qué significa esto para los pacientes? El tratamiento con 177Lu-PSMA-617 puede proporcionar una nueva opción para las personas con CPRC metastásico que no se haya interrumpido con los tratamientos del estándar de atención existentes.

“Los hallazgos indican que 177Lu-PSMA-617 merece una consideración como nuevo estándar de atención en esta población de pacientes pendiente de revisión y aprobación regulatoria.”

—Autor principal del estudio, Dr. Michael J. Morris
Centro para el Cáncer Memorial Sloan-Kettering
Nueva York, Nueva York 

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El olaparib reduce el riesgo de recurrencia y metástasis en personas con mutación BRCA y cáncer de mama en etapa inicial negativo para HER2

¿A quién afecta este estudio? A personas con una mutación hereditaria en el gen BRCA1 o BRCA2 y cáncer de mama negativo para HER2 en etapa inicial con un alto riesgo de reaparición, lo que se denomina recurrencia.

¿Cuáles fueron los hallazgos de este estudio? Los resultados del ensayo clínico en fase 3 OlympiA (en inglés) mostraron que 1 año de olaparib (Lynparza) adyuvante puede reducir significativamente el riesgo de recurrencia y prevenir las metástasis en personas con cáncer de mama negativo para HER2 en etapa inicial de alto riesgo que presentan una mutación heredada del gen BRCA1 o BRCA2. El tratamiento adyuvante es la terapia administrada después del tratamiento principal. La metástasis es un cáncer que se ha extendido a otra parte del cuerpo.

El olaparib es un tipo de terapia dirigida llamada inhibidor de PARP. Las PARP son enzimas que reparan el ADN dañado. Los genes BRCA (BRCA1 y BRCA2) también se encuentran normalmente involucrados en la reparación del ADN, pero tener una mutación o cambio de estos genes interfiere en la función de reparar el ADN. Cuando los genes BRCA ya no son capaces de reparar el ADN, las PARP asumen esta responsabilidad. Al hacer arreglos en el ADN, las PARP permiten que las células cancerosas continúen creciendo y dividiéndose. Los inhibidores de PARP como olaparib actúan bloqueando las enzimas de PARP para que no reparen el ADN. Cuando se bloquean las PARP, es menos probable que el ADN del interior de las células cancerosas se repare, lo que puede destruir la célula cancerosa y ralentizar o detener el crecimiento del tumor. El olaparib está aprobado actualmente para personas con cáncer de mama metastásico negativo para HER2 y mutación en el gen BRCA1 o BRCA2 como alternativa a la quimioterapia.

Hasta 10% de todos los cánceres de mama se dan en personas con mutación heredada de BRCA1 o BRCA2. Incluso cuando las personas con cáncer de mama en etapa inicial de alto riesgo y una mutación BRCA1 o BRCA2 reciben quimioterapia antes o después de la intervención quirúrgica, su riesgo de recurrencia aún puede ser alto. Debido a esto, se puede recomendar un tratamiento adyuvante más agresivo.

Los 1836 participantes del estudio OlympiA presentaban cáncer de mama negativo para HER2 en etapa inicial de alto riesgo que era triple negativo o positivo para receptores hormonales y presentaban una mutación de BRCA1 o BRCA2. Las personas del estudio habían recibido quimioterapia antes o después de su tratamiento principal de cirugía, así como radioterapia, si era necesario. A continuación, se les asignó aleatoriamente para recibir olaparib (921 participantes) o el tratamiento estándar más un placebo (915 participantes) durante 1 año. (Lea más en inglés acerca del uso de placebos en estudios clínicos sobre el cáncer).

Después de una mediana de seguimiento de 2.5 años, los investigadores hallaron que olaparib redujo significativamente la probabilidad de recurrencia. Estimaron que, a los 3 años, el 85.9% de los que recibieron olaparib estarían libres de enfermedad invasiva, en comparación con el 77.1% de los que recibieron el placebo. Además, la probabilidad de que el cáncer se diseminara a otra parte del cuerpo también mejoró con olaparib. De los que recibieron olaparib, se calcula que el 87.5% no presentaría enfermedad metastásica, en comparación con el 80.4% de los que recibieron el placebo.

Los eventos secundarios más frecuentes del olaparib fueron un nivel bajo de glóbulos rojos (anemia), un nivel bajo de glóbulos blancos (neutropenia y leucopenia), fatiga y un nivel bajo de linfocitos en sangre (linfocitopenia). En general, la tasa de eventos adversos graves fue la misma entre ambos grupos del estudio.

¿Qué significa esto para los pacientes? En el caso de las personas con mutación de BRCA1 o BRCA2 y cáncer de mama en etapa inicial negativo para HER2-negativa, el olaparib adyuvante puede ayudar a reducir el riesgo de recurrencia y evitar que el cáncer se disemine a otras partes del cuerpo.

“Los resultados del estudio OlympiA, el primer informe de los efectos de un inhibidor de PARP como ‘terapia adyuvante’ sobre los criterios de valoración de la supervivencia, sugieren una posible adición al estándar de atención para los pacientes con cáncer de mama en etapa inicial asociado a la mutación BRCA1/2 de la estirpe germinal que presentan niveles de riesgo de recurrencia que requieren quimioterapia neoadyuvante o adyuvante.”

—Autor principal del estudio, profesor Andrew Tutt, MB ChB, PhD, FMedSci
Institute of Cancer Research y el Guy’s Hospital King’s College London
Londres, Reino Unido

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Más quimioterapia no ayuda a las personas con cáncer de cuello uterino localmente avanzado a vivir más tiempo

¿A quién afecta este estudio? A personas con cáncer de cuello uterino localmente avanzado.

¿Cuáles fueron los hallazgos de este estudio? El ensayo clínico en fase 3 OUTBACK (en inglés) descubrió que la quimioterapia adyuvante administrada después del tratamiento con quimiorradioterapia no ayudó a las personas con cáncer de cuello uterino localmente avanzado a vivir más tiempo. El tratamiento administrado después del tratamiento principal se llama tratamiento adyuvante.

El cáncer de cuello uterino localmente avanzado significa que se ha extendido más allá del cuello uterino, pero no a otras partes del cuerpo. La opción principal de tratamiento estándar para el cáncer de cuello uterino localmente avanzado es la quimiorradioterapia. La quimiorradioterapia es una combinación de quimioterapia y radioterapia. Se puede usar sola o combinada con cirugía para tratar el cáncer. Sin embargo, aproximadamente 1 de cada 3 personas que reciben quimiorradioterapia sigue sufriendo de recurrencias, que es cuando el cáncer vuelve a aparecer. El cáncer de cuello uterino recurrente puede extenderse a otras partes del cuerpo (metástasis) y esto puede ser potencialmente mortal. Por este motivo, muchas personas con cáncer de cuello uterino han recibido más quimioterapia después de la quimiorradioterapia estándar en un esfuerzo por reducir el riesgo de recurrencia.

El ensayo clínico OUTBACK evaluó si la administración de quimioterapia adyuvante después de la quimiorradioterapia en personas con cáncer de cuello uterino localmente avanzado les ayudaba a vivir más tiempo. En este estudio internacional se incluyó a 919 participantes con cáncer de cuello uterino en etapa IB1, IB2, 2, 2B o 4A. Las participantes fueron asignadas aleatoriamente a 2 grupos, uno que recibía quimiorradioterapia estándar sola usando cisplatino (disponible como fármaco genérico) u otro que recibía quimiorradioterapia con quimioterapia adyuvante usando 4 ciclos de carboplatino (disponible como fármaco genérico) y paclitaxel (Taxol).

Los investigadores observaron que la quimioterapia adyuvante después de la quimiorradioterapia no ayudó a las personas a vivir más tiempo. Después de 5 años, el 72% de las participantes que recibieron quimioterapia adyuvante seguían vivas, en comparación con el 71% de las que recibieron quimiorradioterapia sola. Además, las tasas de recurrencia del cáncer fueron similares en ambos grupos. Entre los que recibieron quimioterapia adyuvante, el 63% no presentó recurrencia del cáncer, en comparación con el 61% de los que recibieron quimiorradioterapia por sí sola. Además, los eventos adversos graves fueron más frecuentes con la quimioterapia adyuvante, incluida la neuropatía periférica. Al cabo de 1 año, el 81% de las participantes que recibieron quimioterapia adyuvante habían experimentado un evento adverso grave, en comparación con el 62% de las que recibieron quimiorradioterapia sola.

¿Qué significa esto para las pacientes? Más quimioterapia después de la quimiorradioterapia estándar para el cáncer de cuello uterino localmente avanzado no ayuda a las personas a vivir más tiempo y puede reducir la calidad de vida de las pacientes.

“El estudio confirma que la quimiorradioterapia por sí sola es actualmente nuestro mejor tratamiento posible para las mujeres con cáncer de cuello uterino localmente avanzado. No solo no hay ningún beneficio con la quimioterapia adyuvante, sino que también aumentan los eventos adversos graves”.

—Autora principal el estudio, Dra. Linda R. Mileshkin
 Peter MacCallum Cencer Centre
Melbourne, Australia

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El pembrolizumab administrado después de la cirugía reduce el riesgo de recurrencia del cáncer de riñón

¿Quién realiza este estudio? Personas con cáncer de riñón de células claras con mayor probabilidad de reaparición después de la cirugía. 

¿Cuáles fueron los hallazgos de este estudio? Un análisis temprano de los datos del ensayo clínico en fase 3 KEYNOTE-564 (en inglés) muestra que el pembrolizumab (Keytruda) administrado después de la cirugía puede reducir el riesgo de recurrencia del carcinoma de células renales (CCR) claras.

El CCR de células claras es el tipo más frecuente de cáncer de riñón. El CCR de células claras representa aproximadamente el 70% de todos los cánceres de riñón. Para muchas personas, el primer tratamiento para el CCR es la cirugía para extirpar parte o todo el riñón afectado, lo que se denomina nefrectomía parcial o radical. Sin embargo, en hasta el 40% de las personas con CCR, el cáncer volverá a presentarse o reaparecerá después de la cirugía y, a menudo, la enfermedad recurrente se habrá extendido a otras partes del cuerpo, lo que se denomina metástasis. Para evitar que el cáncer de riñón reaparezca, a muchas personas se les ofrece tratamiento adyuvante, que es un tratamiento administrado después de la cirugía para destruir cualquier célula cancerosa restante que se encuentre en el cuerpo, pero que no es detectable. Los tratamientos adyuvantes actualmente disponibles para el cáncer de riñón incluyen radioterapia, quimioterapia y terapia dirigida, pero no siempre son eficaces.

En este estudio, los investigadores utilizaron el inhibidor del punto de control inmunitario pembrolizumab (Keytruda) como tratamiento adyuvante después de una nefrectomía. El pembrolizumab es un tipo de inmunoterapia que actúa sobre la proteína PD-1 en un esfuerzo por potenciar las defensas naturales del cuerpo para combatir el cáncer. Actualmente, el pembrolizumab está aprobado para su uso en combinación con el axitinib (Inlyta, un tipo de terapia dirigida) como primer tratamiento para el CCR avanzado.

Este estudio incluyó a 994 personas con CCR de células claras que estaban en general en buen estado de salud y se habían sometido a cirugía para extirpar todo el tumor visible en las últimas 12 semanas, pero que no habían recibido ninguna terapia adyuvante con medicamentos. Los participantes tenían un riesgo intermedio o alto de que el cáncer reapareciese basándose en varios factores, incluido el tamaño del tumor, cómo de diferentes eran las células cancerosas de las células sanas vistas por el microscopio, y si el cáncer se había extendido a los ganglios linfáticos u otras regiones de tejido blando. Entre estos participantes, 496 fueron asignados al grupo para recibir pembrolizumab adyuvante durante 1 año y 498 fueron asignados para recibir un placebo. (Lea más acerca en inglés del uso de placebos en estudios clínicos sobre el cáncer). 

En el momento de este análisis de los datos, se había realizado un seguimiento de los participantes del estudio durante una mediana de 24.1 meses. La mediana es el punto medio, lo que significa que a la mitad de las personas se les había realizado un seguimiento por más de 24.1 meses y a la otra mitad se le realizó un seguimiento menor a 24.1 meses. Los investigadores observaron que el tratamiento con pembrolizumab condujo a un riesgo un 32% menor de recurrencia y muerte. Debido a que este ensayo clínico todavía se está llevando a cabo, los investigadores solo tenían datos suficientes para estimar la supervivencia sin enfermedad a los 2 años para ambos grupos del estudio. Para este estudio, la supervivencia sin enfermedad se definió como el tiempo transcurrido hasta que el cáncer de riñón volvió, el cáncer se extendió a una parte distante del cuerpo o el paciente murió por cualquier motivo. A los 2 años, los investigadores calcularon que el 77.3% de los participantes que recibieron pembrolizumab estarían vivos y sin cáncer recurrente, en comparación con el 68.1% de los que recibieron el placebo.

Los eventos adversos graves fueron más frecuentes entre los que recibieron pembrolizumab (32.4%) que entre los que recibieron placebo (17.7%).

¿Qué significa esto para los pacientes? Existen pocas opciones de tratamiento adyuvante que se utilizan actualmente para personas con CCR de células claras con un mayor riesgo de recurrencia. El primer análisis de los datos de este ensayo clínico muestra que el fármaco de inmunoterapia pembrolizumab puede ser útil para prevenir la recurrencia después de la cirugía.

“El pembrolizumab puede proporcionar un tratamiento prometedor para los pacientes para los que existen pocas opciones de terapia. La supervivencia libre de enfermedad de KEYNOTE-564 respalda el pembrolizumab como posible nuevo estándar de atención en el contexto adyuvante para retrasar la recurrencia de la enfermedad en los pacientes con CCR de células claras completamente resecado”. 

—Autor principal del estudio, Dr. Tony Choueiri
Dana Farber Cancer Institute 
Boston, Massachusetts 

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La adición del toripalimab a la quimioterapia ralentiza el crecimiento del cáncer nasofaríngeo recurrente o metastásico

¿Quién forma parte de este estudio? Personas con carcinoma nasofaríngeo recurrente o metastásico.

¿Cuáles fueron los hallazgos de este estudio? El ensayo clínico en fase 3 JUPITER-02 (en inglés) descubrió que la adición del fármaco de inmunoterapia toripalimab a la quimioterapia de primera línea estándar prolongaba el tiempo de supervivencia sin progresión en las personas con carcinoma nasofaríngeo recurrente o metastásico. La supervivencia sin progresión es la cantidad de tiempo antes de que el cáncer crezca o se extienda a otras partes del cuerpo.

El carcinoma nasofaríngeo (en inglés) afecta a la nasofaringe, que es el conducto de aire entre la nariz, la garganta y los pulmones. Aunque es poco frecuente en los Estados Unidos, este cáncer de cabeza y cuello es mucho más frecuente en otras regiones del mundo, incluidos el este y el sudeste asiático. En la actualidad, el estándar de atención del tratamiento de primera línea para el carcinoma nasofaríngeo recurrente o metastásico es una pauta de quimioterapia que utiliza gemcitabina (Gemzar) y cisplatino (disponible como fármaco genérico). Sin embargo, este tratamiento tiende a funcionar durante unos 6 a 7 meses de media según estudios previos. Los investigadores están buscando nuevos tratamientos que puedan ayudar a las personas con carcinoma nasofaríngeo a vivir más tiempo.

Este estudio comparó la quimioterapia estándar actual más un placebo con una combinación del fármaco de inmunoterapia toripalimab y quimioterapia. Los 289 participantes de este estudio tenían cáncer nasofaríngeo recurrente o metastásico que no había sido tratado con quimioterapia. Los participantes fueron divididos aleatoriamente en 2 grupos. Un grupo recibió el tratamiento de quimioterapia estándar de gemcitabina y cisplatino más un placebo. (Lea más en inglés acerca del uso de placebos en estudios clínicos sobre el cáncer). El otro grupo recibió la misma quimioterapia, gemcitabina y cisplatino, más toripalimab.

El toripalimab actúa sobre la proteína PD-1 expresada en las células inmunitarias. La PD-1 interactúa con una proteína llamada PD-L1. La PD-L1 ayuda a las células cancerosas a evitar el sistema inmunitario, lo que les permite crecer. La expresión elevada de PD-L1 se encuentra a menudo en los carcinomas nasofaríngeos. Al bloquear esta interacción entre las proteínas PD-1 y PD-L1, el toripalimab potencia la capacidad del sistema inmunitario para combatir el cáncer.

Los participantes del grupo que recibió la combinación de toripalimab presentaron una supervivencia sin progresión más prolongada en comparación con los que recibieron el tratamiento estándar. La mediana de la supervivencia sin progresión fue de 11.7 meses con la combinación de toripalimab y, al cabo de 1 año, el cáncer no había crecido ni se había extendido en el 49% de los pacientes. La mediana de la supervivencia sin progresión fue de 8 meses con la quimioterapia estándar y, al cabo de 1 año, el cáncer no había crecido ni se había extendido en el 28% de los pacientes.

Las tasas de efectos secundarios fueron similares en ambos grupos, con aproximadamente el 8 % de los pacientes en cada grupo que experimentaron un evento adverso grave. Los eventos adversos provocaron que el 7.5% de las personas interrumpieran el tratamiento con la combinación de toripalimab y el 4.9% de las personas interrumpieran el tratamiento con la quimioterapia estándar. Los que recibieron la combinación de toripalimab experimentaron más eventos adversos relacionados con el sistema inmunitario (39.7%) que los que recibieron quimioterapia estándar (18.9%). Los efectos secundarios relacionados con el sistema inmunitario también fueron más frecuentes con el tratamiento de inmunoterapia (7.5%) que con la quimioterapia estándar (0.7%). Los efectos secundarios relacionados con el sistema inmunitario más frecuentes en este estudio fueron función tiroidea reducida (17.8% frente al 8.4%), picor en la piel (6.2% frente al 3.5%), erupción cutánea (8.9% frente al 4.2%), niveles elevados en los marcadores de la función hepática AST (4.8% frente al 1.4%) y ALT (4.1% frente al 1.4%) en el sangre y un nivel elevado de hormona estimulante de la tiroides en sangre (4.1% frente al 2.1%).

¿Qué significa esto para los pacientes? Añadir toripalimab a la quimioterapia de primera línea estándar puede ayudar a ralentizar el crecimiento del carcinoma nasofaríngeo recurrente o metastásico.

“El carcinoma nasofaríngeo es difícil, ya que normalmente se diagnostica en etapa avanzada cuando las opciones de terapia actuales son extremadamente limitadas. La respuesta prolongada en pacientes que recibieron toripalimab supone un avance significativo para el tratamiento de esta enfermedad”.

—Autor principal del estudio, Dr. Rui-hua Xu, PhD
Centro del Cáncer de la Universidad de Sun Yat-sen
Guangzhou, China

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