¿Qué es la terapia dirigida?

Approved by the Cancer.Net Editorial Board, 05/2022

La terapia dirigida es un tipo de tratamiento contra el cáncer. Utiliza fármacos dirigidos a genes y proteínas específicos que ayudan a las células cancerosas a sobrevivir y crecer. La terapia dirigida puede afectar las condiciones del tejido en el que se desarrollan las células cancerosas o puede dirigirse a las células relacionadas con el crecimiento del cáncer, como las células de los vasos sanguíneos.

La terapia dirigida puede tratar muchos tipos diferentes de cáncer. También se puede usar en combinación con otros tratamientos contra el cáncer, como la quimioterapia. Actualmente, no todos los tipos de cáncer tienen terapias dirigidas disponibles, pero esta es un área de investigación que crece rápidamente y se están estudiando muchas terapias dirigidas nuevas en ensayos clínicos.

Este artículo lo ayudará a comprender los aspectos básicos de cómo funciona la terapia dirigida para tratar el cáncer.

¿Cómo funciona la terapia dirigida para tratar el cáncer?

Hay muchos tipos de células que componen las diferentes partes del cuerpo. Por ejemplo, hay células sanguíneas, células cerebrales y células cutáneas. Cada tipo tiene su propio trabajo. El cáncer se origina cuando determinados genes presentes en las células sanas cambian y se vuelven anormales con el tiempo. Este cambio se denomina alteración o mutación genética.

Los genes les indican a las células cómo producir proteínas para mantener a la célula funcionando. Si los genes mutan, estas proteínas también cambian. Esto puede hacer que las células se dividan demasiado o demasiado rápido. Cuando esto sucede, las células viven mucho más tiempo del que normalmente vivirían. Estas células se desarrollan fuera de control y forman un tumor. Obtenga más información sobre la genética del cáncer.

Para desarrollar terapias dirigidas, los investigadores trabajan para identificar los cambios genéticos específicos que contribuyen a que un tumor crezca y cambie. Esto se denomina el “objetivo” del fármaco. Un objetivo ideal de este tipo de terapia sería una proteína que esté presente en las células cancerosas, pero no en las células sanas. Una vez que los investigadores han identificado un objetivo, desarrollan un tratamiento con un fármaco que lo ataca.

Las terapias dirigidas pueden hacerles cosas diferentes a las células cancerosas que tienen como blanco:

  • Bloquear o desactivar las señales que indican a las células cancerosas que crezcan y se dividan.

  • Impedir que las células vivan más tiempo de lo normal.

  • Destruir las células cancerosas.

Para encontrar la terapia dirigida adecuada, su médico podría solicitar pruebas para obtener información sobre los genes, las proteínas y otros factores exclusivos del cáncer que tiene. Esto ayuda a encontrar el tratamiento más eficaz.

Al igual que otros tratamientos, las terapias dirigidas pueden causar efectos secundarios, por lo que es importante que su médico encuentre el mejor tratamiento y dosis posible. La dosis recomendada de la terapia dirigida se basa en muchos factores, como el peso corporal (en inglés) y el riesgo de desarrollar efectos secundarios graves. Hable con su equipo de atención médica sobre por qué recomiendan una determinada dosis.

¿Cuáles son los diferentes tipos de terapia dirigida?

Existen varios tipos diferentes de terapia dirigida. Los tipos más frecuentes son los anticuerpos monoclonales y los fármacos de moléculas pequeñas.

Anticuerpos monoclonales. Los fármacos denominados anticuerpos monoclonales bloquean un blanco específico en la parte exterior de las células cancerosas. El blanco también puede estar en la zona alrededor de las células cancerosas. Los anticuerpos monoclonales también pueden enviar sustancias tóxicas directamente a las células cancerosas. Por ejemplo, pueden ayudar a que la quimioterapia y la radioterapia lleguen mejor a las células cancerosas. Algunos anticuerpos monoclonales también se consideran un tipo de inmunoterapia, mientras que otros no.

Fármacos de molécula pequeña. Los fármacos llamados fármacos de molécula pequeña pueden bloquear el proceso que ayuda a las células cancerosas a multiplicarse y diseminarse. Los inhibidores de la angiogénesis son un ejemplo de este tipo de terapia dirigida. La angiogénesis es el proceso de formación de nuevos vasos sanguíneos. Los tumores necesitan vasos sanguíneos para recibir nutrientes. Los inhibidores de la angiogénesis privan de alimento al tumor y así evitan que se formen vasos sanguíneos nuevos en el tejido circundante.

Otros tipos de terapia dirigida incluyen otras inmunoterapias e inductores de la apoptosis (terapias que inician la muerte celular o la apoptosis).

¿Qué es el tratamiento agnóstico del tumor?

Algunos tipos de terapias dirigidas son específicos de un tipo de cáncer. Otros se conocen como “tratamientos agnósticos del tumor” o “agnósticos del lugar”. Estas terapias tratan cambios genéticos específicos, independientemente del lugar del cuerpo en el que comenzó el cáncer. Obtenga más información sobre los tratamientos agnósticos del tumor.

Ejemplos de terapias dirigidas para el tratamiento del cáncer

Las terapias dirigidas son un campo de investigación oncológica en rápido crecimiento y los investigadores están estudiando muchos blancos y fármacos nuevos a través de ensayos clínicos. A continuación, se presentan algunos ejemplos de terapias dirigidas que están disponibles en la actualidad. Pida más información a su equipo de atención médica.

  • Cáncer de mama. Aproximadamente entre el 20 % y el 25 % de todos los casos de cáncer de mama tienen una cantidad excesiva de una proteína llamada receptor 2 del factor de crecimiento epidérmico humano (HER2, por sus siglas en inglés). Esta proteína hace que crezcan las células del tumor. Si el cáncer es HER2 positivo, existen muchas opciones de terapia dirigida. Obtenga más información sobre la terapia dirigida para el cáncer de mama.

  • Leucemia mieloide crónica (LMC). Casi todos los casos de leucemia mieloide crónica son impulsados por la formación de un gen llamado BCR-ABL. Este gen conduce a la producción de una enzima llamada proteína BCR-ABL. Esta proteína hace que las células mieloides normales comiencen a comportarse como células cancerosas. Obtenga más información sobre la terapia dirigida para la leucemia mieloide crónica.

  • Cáncer colorrectal. El cáncer colorrectal a menudo produce demasiada cantidad de una proteína denominada receptor del factor de crecimiento epidérmico (EGFR, por sus siglas en inglés). Los fármacos que bloquean el EGFR pueden ayudar a detener o retrasar el crecimiento del cáncer. Otras opciones incluyen un fármaco que bloquea el factor de crecimiento del endotelio vascular (VEGF, por sus siglas en inglés), un tratamiento agnóstico del tumor centrado en una fusión de NTRK y una terapia antiangiogénesis. Esta proteína ayuda a fabricar vasos sanguíneos nuevos. Obtenga más información sobre la terapia dirigida para el cáncer colorrectal.

  • Cáncer de pulmón. La terapia dirigida contra el cáncer de pulmón está cambiando rápidamente debido al ritmo de la investigación científica. Actualmente, se están estudiando nuevas terapias dirigidas en ensayos clínicos y existen muchas terapias dirigidas aprobadas para tratar el cáncer de pulmón de células no pequeñas (NSCLC, por sus siglas en inglés). Estas incluyen las siguientes:

    • Inhibidores del EGFR

    • Fármacos dirigidos a la inserción del exón 20 del EGFR.

    • Inhibidores de la ALK.

    • Fármacos dirigidos a la fusión de ROS1.

    • Fármacos dirigidos a las mutaciones KRAS G12C.

    • Fármacos dirigidos a la fusión de NTRK.

    • Fármacos dirigidos a las mutaciones V600E en BRAF.

    • Fármacos dirigidos a la omisión del exón 14 de MET.

    • Fármacos dirigidos a la fusión de RET.

    Obtenga más información sobre la terapia dirigida para NSCLC.

  • Linfoma. En el linfoma, existe una sobreproducción de linfocitos B, un tipo de glóbulo blanco que combate las infecciones. Los fármacos dirigidos que bloquean la enzima que provoca esta sobreproducción de linfocitos B han tenido mucho éxito para el tratamiento de linfomas y algunas leucemias de linfocitos B. Obtenga más información sobre la terapia dirigida para el linfoma.

  • Melanoma. Aproximadamente la mitad de los melanomas tienen una mutación en el gen BRAF. Las mutaciones BRAF son buenos objetivos farmacológicos, por lo que hay muchos inhibidores BRAF aprobados. Otro tipo de terapia dirigida denominada inhibidor de la MEK también está aprobada para tratar el melanoma. Estas dos terapias dirigidas se pueden combinar para tumores con una mutación de BRAF. Obtenga más información sobre la terapia dirigida para el melanoma.

La lista de ejemplos anterior no incluye todas las terapias dirigidas. Puede obtener más información sobre la terapia dirigida en cada sección específica de cáncer en Cancer.Net en las páginas “Tipos de tratamiento” y “Últimas investigaciones”. También puede obtener más información sobre las investigaciones más recientes sobre terapias dirigidas en el blog de Cancer.Net.

¿Existen limitaciones en la terapia dirigida?

Al igual que con cualquier tratamiento contra el cáncer, la terapia dirigida puede no ser el mejor tratamiento para todas las personas con cáncer. Puede parecer sencillo utilizar un fármaco para su cáncer específico, pero la terapia dirigida es compleja y no siempre funciona y es posible que no contenga el fármaco adecuado para usted. Es importante saber lo siguiente:

  • Un tratamiento dirigido no funcionará si el tumor no tiene el cambio genético específico o la proteína a la que se dirige el fármaco.

  • Incluso si tiene el cambio genético específico o la proteína a la que se dirige el fármaco, es posible que el tumor no responda al fármaco.

  • La respuesta al tratamiento puede no perdurar en el tiempo.

Por ejemplo, el blanco puede no ser tan importante para el crecimiento del cáncer como se pensaba, de manera que el fármaco no aportará mucho beneficio. O bien, las células pueden volverse resistentes a la terapia dirigida, de manera que el fármaco podría funcionar al principio, pero dejar de hacerlo con el paso del tiempo. Si eso sucede, el médico hablará con usted acerca de otras opciones de tratamiento.

Al igual que muchos tratamientos contra el cáncer, los fármacos de terapia dirigida pueden causar efectos secundarios serios. Por lo general, estos no son los mismos que los efectos secundarios de la quimioterapia, porque estas dos categorías de fármacos funcionan de manera diferente. Por ejemplo, las personas que reciben terapia dirigida tienen más posibilidad de presentar problemas en la piel, el cabello, las uñas o los ojos. Siempre es importante hablar con su médico sobre cada fármaco recetado para usted, incluidos los efectos secundarios específicos a los que debe estar atento y cómo se pueden controlar.

La terapia dirigida es una forma importante de tratar algunos tipos de cáncer, pero los investigadores aún están aprendiendo más todo el tiempo sobre este nuevo enfoque para el tratamiento del cáncer.

La terapia dirigida a menudo se utiliza como complemento de otros tratamientos, como cirugía, radioterapia u otro tipo de medicamento, como quimioterapia, terapia hormonal o inmunoterapia.

Preguntas para hacerle al equipo de atención médica

Hable con su equipo de atención médica sobre si se recomienda incorporar la terapia dirigida como parte de su plan de tratamiento. Si es así, considere la posibilidad de formular estas preguntas:

  • ¿Qué tipo de terapia dirigida recomienda? ¿Por qué?

  • ¿Cuáles son los objetivos de este tratamiento?

  • ¿Será la terapia dirigida mi único tratamiento? Si no es así, ¿qué otros tratamientos recibiré como parte de mi plan de tratamiento contra el cáncer?

  • ¿Qué ensayos clínicos sobre terapias dirigidas están disponibles para mí?

  • ¿Cómo se me administrará este tratamiento? ¿Dónde?

  • ¿Cada cuánto necesitaré este tratamiento? ¿Por cuánto tiempo?

  • ¿Cuáles son los efectos secundarios posibles a corto plazo de esta terapia dirigida? ¿Cómo se los manejará?

  • ¿Con quién debo hablar si presento algún efecto secundario? ¿Qué tan pronto?

  • ¿De qué manera afectará este tratamiento mi vida diaria? ¿Podré trabajar, hacer ejercicio y realizar mis actividades habituales?

  • ¿Cuáles son los efectos secundarios posibles a largo plazo de esta terapia dirigida?

  • ¿A quién debo llamar si tengo preguntas o surgen problemas?

  • ¿Cómo puedo contactarlos durante el horario de atención habitual? ¿Fuera del horario de atención?

  • Si estoy muy preocupado o ansioso por recibir este tratamiento, ¿con quién puedo hablar?

  • Si me preocupa cómo afrontar el costo del tratamiento, ¿quién me puede ayudar?

  • ¿Cómo sabremos si la terapia dirigida está funcionando?

  • ¿Necesitaré alguna prueba o examen de exploración antes, durante o después de la terapia dirigida?

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